14. La otra cara de la moneda

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-Ahora, la historia...- le dije

-Bueno, ¿como comienzo? ¿Érase una vez o qué?- reí cuando dijo eso

-No seas estúpido- dije entre risas

-Bueno, aquí va Ale...

Nos sentamos y lo miré atentamente.

-Fue hace unos años atrás. Cuando aún estaba en la escuela, tenía una gran vida. Todo era completamente perfecto y me iba excelente. Tenía buenas calificaciones, iba a entrar a la universidad de mis sueños y todo era como alguna vez de niño lo había planeado. Un día, estaba caminando por la escuela y vi a esta hermosa chica de cabellos rubios y hermosos ojos azules que caminaba hacia la cafetería y no pude evitar seguirla para seguir apreciando tanta belleza.- sus ojos se iluminaron mientras hablaba de ella. Ojalá un hombre de viera así cuando habla de mí -Entré a la cafetería y la vi sentada con un libro y un café en la mano, sola, en una mesa para dos personas que se encontraba en la esquina, así que decidí hacer lo que cualquier hombre que se enamora de un imagen haría...

-¿Te sentaste al lado de ella y hablaron?- pregunté

-No, me senté a observarla desde otra mesa- reí

-¡Eso no es lo que haría cualquier hombre que se enamora de una imagen!- dije

-¡Claro que sí! O, ¿has visto que alguien se te sienta al lado de la nada y comienza a hablarte?- me preguntó

-No- contesté -Pero eso es porque nadie se ha enamorado de mi imagen

-Eso es lo que piensas, pero ¿recuerdas la vez de la playa?

Asentí

-¿Porqué crees que me alejé?

-Porque estabas avergonzado de que tus amigos nos estuvieran hostigando...

-Porque me enamoré de tu imagen Alejandra...

Mi corazón se aceleró.

-Pero... ¿En qué estaba?- se quedó pensando unos segundos -Ah si...

*flashback de LEO*

Era demasiado hermosa, no podía parar de observarla. Abrió un libro y sacó unos anteojos de su cartera y sin más demoras comenzó a leer. Pasaba las páginas del libro tan rápido como pestañar. Sus ojos no paraban de moverse de lado a lado leyendo cada palabra que estaba plasmada en el libro que leía.

No tenía el simple valor de preguntarle su nombre, ni siquiera me atrevía a pasarle por el lado porque no quería que notara mi presencia. Minutos después, sonó la alarma y eso indicaba el inicio de la clase de química, la que odiaba con todas las fuerzas de mi existencia. Decidí levantarme de la mesa y caminar lo más rápido posible para el salón de química sin cruzármela en algún mal momento del camino. El salón quedaba a unos minutos de la cafetería y creo que llegué en menos del tiempo que se tarda una persona normal. La mitad de los estudiantes ya habían llegado y me senté justo en frente de Ian, mi mejor amigo y capitán del equipo de baloncesto. Ian y yo nos conocemos desde que tenemos memoria, hemos pasado toda la vida juntos y lo catalogo como mi hermano de otra madre. Nos llamaban "los rompe-corazones".

*pausa al flashback*

-¿Rompe corazones?- pregunté

-Es otra historia súper larga... no creo que te interese. Además, ya no soy el Leo de antes- aseguró

*continuación del flashback*

Saludé a Ian y llegó el profesor de química que creo que tenía un ligero odio hacia mi persona considerando el hecho de que siempre tenía una razón para quitarme 5 puntos en cualquier examen, trabajo o tarea que daba.

Lo mejor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora