𝐋𝐀 𝐄𝐋𝐄𝐆𝐈𝐃𝐀 | El internado

1| La autopsia

Maria se encontraba nadando desnuda en la laguna, Marcos estaba haciendo ejercicio en el cuarto de los chicos, Amelia se duchaba en su cuarto de baño siendo después sorprendida por Pedro que le había cambiado el agua de caliente a fría. Elsa estaba en la dirección metiendo papeles en un maletín.

Mientras todo eso pasaba Tessa, Carol y Vicky estaban en clase de esgrima, Tessa y Vicky estaban en un duelo hasta que una de ellas dio con fuerza.

—¡Eh! ¿Tanta fuerza por qué?—les preguntó el profesor ya que Vicky había dado fuerte.—Venga, saludaos.— dijo al ver que ninguna tenía la intención de moverse.

Ambas chicas se quitaron las máscaras de esgrima y se saludaron, se dieron las manos y se alejaron la una de la otra, Vicky se fue a sentar a un lado mientras que Tessa al otro.

—Bien. Siguientes.—dijo el Profesor. Mientras Carol y Vicky se miraron serias ya que en las últimas dos semanas estaban más alejadas de lo normal, y no sólo ellas, por mucho que Tessa lo intentará no podía hacer como si nada desde que Cayetano había fallecido.

Mientras fuera del internado Elsa le daba un sobre a Héctor.

—Es el resultado de la autopsia.—le dijo Héctor a Elsa al leer lo que decía aquel papel.

—Pero ¿para que lo mandan aquí?—le preguntó confundida la mujer embarazada.

—Léelo y sabrás por qué.—le respondió Héctor a cuadros por lo acababa de leer.

Héctor reunió a todos menos a Iván ya que no había llegado todavía al internado y nadie sabía nada de él, ni siquiera su propia hermana.

—Han llegado los resultados de la autopsia de Cayetano.—les dijo Héctor abriendo el papel.—"Causa de la muerte: fallo multifuncional por sobredosis de éxtasis y alcohol."—les leyó el director dejando desconcertados a los adolescentes que se miraron extrañados y con los ojos empañados.

Tessa al oír el resultado de la autopsia no sabia como reaccionar, sabia que Caye y Iván solían beber pero no se drogaban, nunca lo hacían.

—¿Desde cuando os drogáis?—preguntó Héctor a los alumnos que tenia frente a el.

—Nosotros no nos drogamos.—le dijo Roque.

—¿No? Entonces era el solo el que se emborrachado y se ponía ciego a éxtasis. ¿no? Vosotros no sabéis nada.

—Si es que solo tomamos unas cervezas.—le confesó Roque.

—Solo unas cervezas, ya.—dijo Héctor.—Eh, chicos, se que estáis en la edad de pensar que sois inmortales, que no os puede pasar nada malo, pero dejadme que os diga una cosa: Cayetano esta muerto.—les dijo el hombre aguantando las lágrimas, Tessa que no había llorado delante de nadie desde la muerte de Cayetano lloró y bajo la mirada, y no fue la única que empezó a llorar, Roque y Carol también.—No va a volver. Así que se acabaron los juegos. Quiero la verdad.—dijo Héctor con la voz temblorosa.—Quiero la verdad, porque no me entra en la cabeza que un niño de 16 años decida hincharse a pastillas y alcohol hasta reventar. ¿Por qué? Un niño sin problemas, con toda la vida por delante. ¿Por qué?—les preguntó alterado dando un golpe a la mesa.