Desperté en una habitación color crema se escuchaba que alguien estaba en la ducha ¿dónde demonios estoy?, me levante con cuidado de no hacer ruido gire la perilla de la puerta pero no abría observé el balcón camine sigilosamente estaba por abrirlo hasta que una voz estremeció todo mi cuerpo.
— Si fuera tú, no lo haría — giré para encontrarme con Ferit Erkan. Llevaba solo una pequeña toalla cubriendo su cuerpo, observé a detalle su torso bien formado, ese cuerpo que amaba acariciar.
«Alessia, por favor reacciona. Dile algo y no te quedes ahí parada, admirándolo»
— ¿Que me hiciste? — le pregunté acercándome.
— Aún nada.
— Planeas hacerme algo entonces—Aparté la mirada de su cuerpo, no podía creer que él esté justo en frente mío, ¿después de cuanto tiempo?
— Nada que no te guste — sonrió y se dirigió hacia el armario —. Yo que tú, me pondría cómoda. Deberías ir a darte un baño, después saldremos a tomar desayuno.
— ¿Disculpa?
— Ya te dije, puedes ir a darte un baño y... — no deje que terminara de hablar.
— Sí, escuché lo que dijiste — bufé —. No estoy sorda.
— Eso es bueno, ya iba a pedir que llamen al médico — sonrió mientras se cambiaba sin importarle mi presencia.
— Ahora eres cómico —le dije de manera sarcástica—. Mira, no entiendo porque me tienes aquí. Tu y yo terminamos hace tiempo o bueno eso es lo que diste a entender cuando te fuiste — lo encaré — Así que no tienes ningún derecho en tenerme aquí — me dirigí nuevamente a la puerta — Ahora sí, ¿tendrías la amabilidad de abrir?
—Alessia, claro que abriré esa puerta— solté el aire de mis pulmones, estaba aliviada — Pero será para ir a desayunar. Solo que tienes que darte un baño primero — se acercó a mi y yo empecé a retroceder — Sino puedes darte un baño, yo puedo ayudarte. No me incomoda en lo más mínimo.
— Sabes que no lo haré y lo que estás haciendo se llama secuestro yo...
— Lo sé Ale, lo sé y se muy bien que tú también lo sabes, como futura abogada deberías saber todo — lo mire sorprendida.
—¿Cómo sabes que yo...—me interrumpió.
— Sé muchas cosas de ti, así que, sino quieres sacar mi lado malo. Es mejor que vayas a darte una ducha, iré avanzando al comedor — se acercó a mi oído y susurró — No sabes cuanto te extrañé, ahora volviste a donde perteneces.
—Yo, yo, yo... iré al baño.
— Así me gusta... — sacó una llave de su bolsillo y la acerco a la puerta, la abrió y se dispuso a salir — Solo te recuerdo que será inútil que escapes. Así que no lo hagas, por tu bien.
— ¡Carajo! — se cerró la puerta pero no escuché que le echara llave, me volví a la cama y vi mi bolsa en la mesita de noche me acerqué busqué mi celular y no lo encontraba — No puede ser, no puede ser — vi el teléfono que estaba ahí y me dispuse a llamar pero no había línea — ¡Demonios! por qué hace esto, no entiendo su actitud.
— Será mejor tomar un baño — no pude hacer otra cosa que darme una ducha, no entendía su regreso, no entendía absolutamente nada.
Estaba tranquila y él viene para remover todo. ¿Cómo estarán mis padres? ¿Qué pensará Angelo? Seguro deben estar preocupados y yo aquí sin poder comunicarme.
Casa de Los Yildirim:
— ¿Ya la llamaste? — habló preocupado, mientras daba otro vistazo hacia la calle.
—Sí, ya lo hice pero no responde —. se notaba nerviosa después de recibir la llamada de Angelo preguntando por ella, no pudieron dejar de llamarla y lo único que conseguían era las respuestas de la operadora—. Tengo miedo, cariño. ¿Si algo le pasó?
— No pienses eso —suspiro y abrazo a su esposa—. Sabes muy bien que las malas noticias son las primeras en llegar.
— Lo sé pero es mi niña, mi pequeña — empezaba a sollozar, ella amaba a su hija a pesar de todo —. Quizá si tuvo un accidente o tal vez...
— no, ni lo digas.
—Sabes debería estar aquí, y tú muy bien sabes que ella no falta a su palabra. Además, ¿por qué llamó Angelo a preguntar eso?
— Calma, calma. Tengamos paciencia —el pedia eso pero por dentro la angustia lo mataba.
Casa de Ferit Erkan:
— Te ves hermosa, aunque no se porque sigues con esa ropa — dijo haciendo una mueca mientras me miraba.
— Será porque no tengo otra — rodé los ojos.
— Si fueras más observadora te darías cuenta que en el armario hay ropa para ti.
— Ahora, me tienes como tu mujer, cuando no somos nada.
— Eres mi mujer, ¿no recuerdas nuestra primera vez? — vi como sus ojos empezaban a oscurecer— Porque yo aún lo recuerdo.
— Ya no somos nada, yo tengo un nuevo amor. Por ti no siento nada, aquí — señalé mi corazón — No queda nada — vi como en un arrebato me alzó y me estampó contra la pared—. ¿Qué te pasa?
—¿Segura qué no hay nada? — vi como empezaba a dejar besos sobre mi piel — Porque puedo sentir como tu cuerpo responde al mío — no podía ser que causara esto aún — Si me dejas yo puedo... — no terminó porque alguien nos interrumpió.
— Señor... — el joven se avergonzó al vernos en esta posición Ferit me soltó y se apartó — Lo siento, yo solo...
— Espero que la interrupción valga la pena — vi que la puerta está abierta sigilosamente me dirigí hacia ella y mientras él le reclamaba yo aproveché a correr hacia afuera.
— ¡Alessia! — escuche que me gritaba, no desaprovecharía mi oportunidad— No puedes escapar — ¿por qué no? Obvio que sí, ahora lo estoy haciendo. Corrí, corrí hasta las rejas.
— Carajo, tendré que escalar —empecé a subir pero alguien me agarró de la cintura.
— Señorita, le recomiendo que baje sino quiere que le hagamos daño —al darme la vuelta vi a varios hombres con trajes negro, no sabía lo que pasaba. Al darme cuenta todos tenían a su costado un arma. No podía procesar todo, ellos me estaban mirando — No le quiero hacer daño, esas son órdenes pero...
— Déjala, ella no tratará de escapar otra vez — dijo Ferit mientras se acercaba a mi.
— ¿Qué... qué es todo esto? — No podía reaccionar, no lo podía creer. Es que no puede ser posible.
— ¿No te das cuenta cariño? — dijo mientras los gorilas de sus lados se empezaban a retirar— Mira a tu alrededor, pensé que eras más observadora.
— Yo...
— Amor mío — me atrajo más hacia él y susurró — Bienvenida a casa.
Esto tenía que ser una pesadilla.
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Cautiva
RomanceTodo era perfecto en la vida de Alessia Yildirim. Excepto, cuando cumplió sus veinte años porque fue secuestrada por Ferit Erkan, el cual se hace llamar su dueño. Arrebatándole todo lo que amaba, la tuvo en cautiverio para darse cuenta de quien era...