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La historia me había consumido por completo. La novela que Max me había traído, había hecho en mí lo que muy pocas.
No debían ser más de las seis de la tarde y yo ya me encontraba en el arco final. Decidí que sería malvada con la Alice del futuro; ya vería que hacer mañana para matar el tiempo. Estaba tan absorta en mi lectura que no noté, hasta el primer bache narrativo, que Eddie estaba mirándome.

Cuando hicimos contacto visual el chico desvió la mirada rápidamente — ¿Sucede algo? — le pregunté.

— No — su voz sonó más aguda de lo normal. Estaba mintiendo.

— Vamos, ¿Qué pasa?

— Nada — se rehusaba a mirarme.

Quizás estaba aburrido, después de todo, lo había dejado en un silencio total para volcarme de lleno a la lectura.

Cerré el libro, sin antes memorizar la pagina en la que había quedado — ¿Qué quieres hacer?

— ¿Qué? — volteo a verme con sus ojos muy abiertos. Parecía entre sorprendido y nervioso.

— Pensé que estarías aburrido; me dejé llevar con la lectura. Lo siento — el chico pareció relajarse y desanimarse al mismo tiempo. No pude descifrar su reacción. Puede que solo estuviera exagerando.

— No te preocupes, estoy acostumbrado a que me ignoren — lo dijo tirándose en el piso y poniendo su mano derecha en su corazón. Le encantaba hacer el papel de la víctima.

— Sabes que es imposible que alguien pueda ignorarte ¿verdad? — se mantuvo en silencio por unos segundos. A juzgar por su sonrisa, supuse que estaba disfrutando cada palabra que yo había dicho.

— Gracias por ser la primera, entonces — dijo volviendo a su papel.

— Eddie, eres irritante cuando te lo propones

— ¿Solo cuando me lo propongo? Te agradecería que dejaras de ser mala conmigo

— ¿Te enorgulleces de ser irritante?

— Toda mi personalidad está basada en ser irritante y rarito. Y ahora acabas de dejarme solo en la categoría rarito. Me arrebataste la mitad de mí en una sola frase

— Tan dramático como siempre — dije mientras negaba divertida.

— Si no puedo ser el irritante seré el dramático. No me disgusta

— Sin dudas, eres los dos

— Me alegra tener tres personalidades, así podré sobrevivir incluso si me arrebatas dos

— Si sigues hablando voy a volver a leer. Lo dejé en la mejor parte — dije intentando aguantar la risa para sonar,  por lo menos, un poco más creíble.

— No, no por favor. Muero de aburrimiento. Hagamos algo

— Bien ¿Qué propones señor dramático?

El chico se quedó pensando por un momento — Nunca me dijiste porqué te mudaste a Hawkins

— Nunca preguntaste

— Pues ahora lo estoy haciendo

— Bien… — no sabía muy bien que era apropiado decir y que no —. Nos mudamos porque ya no había nada por lo que quedarnos, solo había motivos para alejarse ¿Y porque Hawkins? Supongo que porque fue donde mi padre consiguió trabajo primero — Mi respuesta pareció dejarlo insatisfecho.

— Esa es la respuesta menos respuesta del mundo

— ¿Creíste que sería fácil sacarme información? Citando al gran señor dramático Eddie Munson: Hay muchas cosas que no sabes de mí — sus parpados se achicaron, dejando ver solo por una pequeña hendija sus ojos cafés. Su ceño se frunció formando unos pequeños surcos en su frente. Se veía adorable —. Es mi turno… ¿Cuál es tu nombre completo?

𝕁𝕦𝕤𝕥 𝕝𝕚𝕜𝕖 𝕄𝕦𝕤𝕚𝕔 | 𝙴𝚍𝚍𝚒𝚎 𝙼𝚞𝚗𝚜𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora