Cuando Noah abrió los ojos, una gran mancha negra sin fin lo rodeaba, no podía ver nada más a su alrededor, pero sentía el sol sobre su cuerpo y el viento en su cara. Obviamente estaba en el exterior y era de día.
Llevo sus dedos hacia sus ojos tratando de quitarse lo que sea que estuviera obstaculizando su visión, sus movimientos eran algo torpes y lentos. Para cuando por fin pudo alcanzar su rostro, noto que no había nada y aun así ni siquiera podía ver los dedos frente a él.
No puede ser, ¿de verdad estoy ciego?
Mientras divagaba en por que esta información de vital importancia no estaba dentro del perfil del sujeto, el sonido de una puerta cerrándose detrás de si llamo su atención.
Como si fuera un radar, con mucha precisión sus orejas giraron hacia la dirección del ruido y sus pies comenzaron a avanzar a grandes zancadas hasta que se encontró así mismo corriendo hacia allí.
Traspaso la puerta y el sonido de maldiciones y pasos corriendo se escuchaba a unos metros de distancia. Un aroma embriagante volaba en el aire, era realmente fragante, hacía que sus papilas gustativas se activaran por completo y el hambre que siempre existía doliera a un más.
- ¡Hay vienen!
- Maldita sea Pete, te dije que no podías escapar por el frente.
- ¡Cierren la puta boca y sigan corriendo!
Las tres personas corrieron con todas sus fuerzas por el pasillo, Alice la única chica ya sentía que estaba perdiendo el aliento, habían pasado toda la noche despiertos escuchando los gritos de auxilio de sus compañeros, pero tenían demasiado miedo como para desbloquear la puerta y dejarlos pasar.
Fue una noche que jamás podrían olvidar. Los gritos de dolor y el olor a la sangre era algo que siempre permanecería en su memoria.
- AHHH!!!!!
El tacón en el zapato de la chica se rompió y la pelirrubia cayo aparatosamente sobre el suelo, Marco giro sobre su hombro para ver el momento exacto en que la chica que le gustaba era alcanzada por decenas de esas cosas.
- Alice!!!
Sus pasos se detuvieron y quiso ir en su encuentro, pero su brazo fue retenido.
- ¡Déjala atrás! ¡Los detendrá por nosotros!
Marco miro con enojo el agarre de Pete sobre sí mismo, con disgusto sacudió su brazo sacándoselo de encima y corrió desesperado hacia Alice, en el fondo aun podía escuchar la voz de Pete gritarle "Te arrepentirás".
Pero no le importo, ¿Cómo podía dejar atrás a la chica que le había estado gustando por tantos años?
- ¡Vamos!
Alice se recuperó del susto y agarro con fuerza la mano que de repente se presentó ante ella.
Todo sucedió en cuestión de segundos, pero para Alice, parecía que todo era en cámara lenta. Vio el momento justo en que su pie fue agarrado y las fauces se abalanzaron sobre ella, pero en el momento siguiente los dientes se alejaron y Marco la jalo para ponerse de pie y correr.
Corrió con un zapato roto y un pie descalzo, pisando charcos de algún líquido rojo que aún permanecía tibio. Al final del pasillo justo en la intercesión, vieron la gorra de Pete en el suelo. Un sentimiento ominoso la invadió.
La mano de Marco se apretó contra la suya cuando ambos levantaron la vista y una espantosa escena se presentó frente a ellos. En medio del pasillo de la derecha a Pete lo estaban devorando.
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El Oficial Demoniaco de la oficina 23 (Transmigración BL)
RomanceEn la central de segundas oportunidades, en el departamento de transmigraciones, renacimientos y deseos, anida el mundialmente infame Oficial Demoniaco de la oficina 23. Conocido por sus planes maliciosos pero efectivos y su extraño gusto por transm...