El carruaje saltaba de arriba hacia abajo con mucha brusquedad mientras las pesadas ruedas se movían con dificultad por los caminos de Cambell.
La señora Mary luchaba entre saltos para sostener en su regazo a una pequeña Josephine profundamente dormida y evitar que rodara y cayera al suelo, mientras Noah calculando que su destino estaba cerca, corrió la pequeña cortina de terciopelo a su lado y observo el paisaje rural con atención.
A lo lejos, en lo alto de una colina rodeado por grandes extensiones de tierra y cultivos abandonados, un pueblo de modestas casas de madera y unas pocas de ladrillo rojo se acercaba a la vista.
Al ingresar a la ciudad, algunos ancianos y niños delgados se acercaron con intención de pedir limosna pero al reconocer el carruaje de un noble huyeron con miedo de ser golpeados, el resto de los ciudadanos no era mejor, con ropas sucias y cuerpos con huesos pronunciados, mantenían la vista en el suelo con temor.
Noah frunció el ceño, la condición de Cambell era mucho peor de la que suponía, todos los campos que vieron estaban sin sembrar y los ciudadanos obviamente vivían en la pobreza y el miedo. No era sorpresa que en un futuro Cambell se desintegrara.
Mary también se acercó a la ventana y observo en un principio con curiosidad, pero al observar las casas simples y sucias y los negocios empobrecidos, perdió todo interés en ello.
¿Cómo podría compararse este pueblo rural en medio de la nada, a la opulencia de la capital? No había nada que valiera la pena mirar.
- Joven Noel, aun no es tarde para regresar. Al suroeste de la capital también hay hermosas villas con jardines, si gusta respirar un aire más fresco podríamos ir allí.
Noah observo un poco más, antes de dejar caer la cortina haciendo que la luz rojiza que traspasaba la tela se reflejara hermosamente en su rostro, con delicadeza levanto la delicada taza de té y bebió.
- ¿Regresar? ¿Por qué querría regresar? Creo que es bastante bueno aquí.
Las palabras de retirada quedaron bloqueadas en la garganta de Mary antes de siquiera dejarlas salir, volvió a mirar las casas de madera cayéndose en pedazos y a los pueblerinos de cara sucia y quiso volver a discutir.
Pero antes de que pudiera haber otra discusión, los caballos relincharon, el carruaje hizo una parada estrepitosa y la vajilla de porcelana se rompió. La fuerza los sacudió hacia adelante y pronto se escucharon los sonidos de una pelea afuera.
Noah hizo una señal y un joven sirviente que siempre custodiaba al lado del carruaje acató su orden y envío un mensaje a la guardia del joven Conde que viajaba unos metros más adelante.
En menos de un minuto, Hambleth el jefe de la escolta se presentó ante él. Noah había tomado algunas medidas mientras estuvo en la capital y una de ellas había sido formar su propia escolta privada y elegir personalmente algunos sirvientes leales.
Hambleth era un hombre robusto y con un aura que recordaba a un valiente caballero de la edad media. El hombre hizo una semi reverencia y miro con ojos complicados al lord frente a él, siempre pensando que era demasiado joven e inexperto para ser un conde.
- Mi Lord, los ciudadanos se están rebelando en el frente y el camino principal ha sido bloqueado por los disturbios.
Noah asintió con la cabeza, pensó un momento y ordeno – Organiza un grupo de escoltas para cuidar a mi hermana y a la señora Mary. Señor Hambleth, lo molestare para que me acompáñame a ver la situación.
Hambleth abrió grande sus ojos y enseguida quiso disuadirlo de su decisión, ¡era muy peligroso! pero tan pronto levanto la mirada se encontró con los ojos dorados del joven conde llenos de una inusual resolución y confianza infinita en si mismo.

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El Oficial Demoniaco de la oficina 23 (Transmigración BL)
RomanceEn la central de segundas oportunidades, en el departamento de transmigraciones, renacimientos y deseos, anida el mundialmente infame Oficial Demoniaco de la oficina 23. Conocido por sus planes maliciosos pero efectivos y su extraño gusto por transm...