Han pasado varios días desde que hablé con ese señor y sus palabras todavía están en mi cabeza, estancadas.
He decidido aislarme por mi propio bien durante un par de días. Estoy comprobando que mi cordura con el paso de los días está rozando su límite.
Cuando hablé con Zane y le dije que esperaría lo que fuera a que él me contara la verdad...
Mentí.
¿Y sabéis por qué?
Porque he tomado la decisión de que, si nadie piensa darme respuestas, voy a empezarlas a buscar yo misma.
Y sí, eso implica romper reglas y, si me pillan, enfrentarme a otro castigo que quizá no sea tan benevolente. Pero me da igual.
Por eso, cuando ha caído la noche y todo el mundo está durmiendo y me he asegurado de que no haya ni un solo guardia haciendo su turno, me he colado en la biblioteca.
Y aquí estoy, rodeada de infinidad de estanterías con libros que tienen más años que el fuego.
El acceso a los libros por parte ajena del personal del centro está estrictamente prohibido. Aunque de nuevo, no entiendo tantas prohibiciones si la gente nunca se ha planteado hacer estas cosas.
Solo yo.
La biblioteca está completamente a oscuras; la única luz que entra es la luz de la luna que se filtra a través de las altas ventanas.
Me muevo con cautela entre los pasillos de estanterías, con la respiración contenida por momentos, intentando hacer el menos ruido posible.
Cojo y ojeo libros, sin encontrar nada interesante. La mayoría de libros son simplemente libros antiguos en los que hay escrita la historia del pueblo. Nada específico.
Pero entonces, veo un tomo que me llama la atención. Éste parece bastante particular, y antiguo.
Cuando lo saco de su sitio, parece que escupe una nube de polvo con él, como si nadie hubiera tocado ese libro durante siglos.
Lo pongo encima de una de las mesas y cuando lo abro parece que hasta las mismas páginas crujen protestando. Las páginas tienen un color amarillento y algunas palabras están a media tinta.
No hay nada interesante tampoco, hasta que encuentro algo que no estaba buscando.
Hay una hoja de papel, doblada y descolorida. Ésta se cae al suelo cuando estoy a punto de dejar el libro en su sitio.
Me agacho para recogerla y al leerla, me quedo perpleja.
''Paciente número uno: Zane Clark. Resistente a los efectos. Número de dosis administradas: cuatro''.
Entonces, más preguntas me golpean con violencia.
¿Quién cojones es Zane Clark realmente? ¿Y qué significa ser resistente a los efectos? ¿Qué efectos?
Pero hay más, al mirar más de cerca, puedo ver unas pequeñas anotaciones al margen, escritas con rapidez y como si a la persona que las hubiera escrito le temblara el pulso. Coordenadas, nombres de medicamentos desconocidos, fechas que parecen no tener sentido.
Mis manos tiemblan ligeramente mientras sostengo la hoja de papel, como si tuviera en mis manos la llave para desentrañar todos los secretos del Centro Zyrom.
Me guardo la hoja en uno de los bolsillos de mi pantalón y continúo buscando hasta en las secciones más recónditas de la biblioteca.
En una de las estanterías, encuentro otro libro. Éste luce diferente al resto, encuadernado en cuero con un candado oxidado.
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El club de los 15 © #PGP2024
Misteri / ThrillerEn el enigmático Centro Zyrom, las puertas se abren para recibir a quienes buscan refugio, pero extrañamente, pocos desean abandonarlo. Nellie Moon es una de las pocas personas junto al misterioso ''Club de los 15'' que se dan cuenta de que tanta...