Tanto Damian como Tao son llevados a la oficina del director una vez éste último se encuentra vendado. El director se encuentra bastante molesto y decepcionado de ambos ya que son de sus mejores alumnos y de familias de gran poder.
-Quiero una explicación de lo sucedido.-Exigió el mayor dejando que el afectado fuera el primero en hablar.
Gran error.
Tao llenó de engaños y mentiras aquella explicación y para cuando fue el turno de Damian de explicarse el director ni siquiera quiso escuchar la mitad de éste, estaba listo para entregarle tres tonitrus y llamar a su padre informándole del accionar de su hijo.
Damian tembló mientras observaba como el director marcaba el número de su casa, y maldijo entre sus adentros haber sido tan impulso, pero Tao se merecía cada uno de esos golpes y más.
El afectado físicamente se mantuvo en su lugar con una mirada de tristeza en su rostro claramente falsa, aquello era puro teatro y Damian estaba seguro que disfrutaría cada segundo del regaño que le daría su padre en cuanto llegara a la academia, lo cual solo tomó unos cinco minutos.
-¡Damian Desmond! ¿¡Cómo se te ocurre golpear de esa forma a ese joven!? ¿¡Acaso yo te eduqué así!?-Soltaba con total molestia su padre.-Lo único que te pedí fue que no me hicieras quedar mal, pero me doy cuenta que ni siquiera para eso sirves Damian, debí suponer que no podrías ser capaz de actuar como tal y ser como tu hermano, solo eres una decepción.-
Damian se mantuvo con la mirada fija en el suelo en todo momento mientras contenía con todas sus fuerzas las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos, él ya sabía que su padre diría aquello, pero aún así sus palabras dolían.
Los regaños y duras palabras continuaron por un buen rato, hasta que el director consideró que había sido suficiente y ambos alumnos regresaron a sus respectivas clases, aquello fue lo único que motivó un poco a Damian, quería ver a Anya, por lo que se apresuró a encaminarse hasta su aula pero al llegar a ésta no había rastros de Anya por ningún lado.
Sin dudarlo dos veces se acercó a Becky.-¿Dónde está Anya?-
La morocha soltó un suspiro antes de contestar.-Regresó a casa, se sentía fatal.-Sus palabras no hicieron sentir mejor a Damian quien solo quería correr hacía la pelirosa y consolarla, aún cuando sus habilidades de consuelo eran pésimas.
...
Las horas pasaron y el alumnado que no vivía en la academia se retiró cada uno a su hogar, la tranquilidad reinaba en cada rincón de la escuela, a excepción de la habitación de Damian quien no dejaba de dar vueltas de un lugar al otro en la espera de Ewen y Emile.
Una vez sus dos mejores amigos ingresaron a su habitación repasaron el plan y cada uno salió por su lado. Damian escaparía con sumo cuidado por la ventana de su habitación, lo malo de aquello es que se encontraba en un tercer piso y aquella caída podía llegar a romperle una pierna, pero cualquier cosa lo valía si Damian lograba ver a Anya.
Ewen y Emile se ocupaban de causar una buena distracción para que el enamorado de Damian descendiera de la torre y buscara a su princesa.
Una vez Desmond se encontró fuera de la Academia Eden corrió lo más rápido que sus piernas se lo permitieron hasta la dirección que Becky le había proporcionado, ella más que nadie quería que esos dos acabaran juntos.
Corre y se detiene de a ratos para recuperar el aliento, nunca tuvo una buena resistencia a la hora de correr pero para su fortuna, minutos después llegó hasta el hogar de los Forgers y una vez recuperó el aliento tocó la puerta.
Segundos pasaron hasta que Loid Forger abrió la puerta sorprendiéndose de encontrar al segundo hijo de su objetivo en frente suyo.
-Oh Hola señor Forger, ¿Está Anya en casa? Me gustaría hablar con ella.-Pidió con una expresión que demostraba notable preocupación.
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DamiAnya | Why?
FanficDesde pequeña que Anya puede leer la mente de las personas, pero desde que ingresó a la Academía Eden descubrió que aquello no era del todo así, encontrandose con Damian Desmond a quien parecía no poder leerle la mente, pero... ¿Por qué?