Capítulo 10: I'm your girlfriend

2.6K 278 309
                                    

Una vez Anya se recuperó pasó la mayor parte del día buscando a Tao por cada pasillo de la escuela pero desgraciadamente las horas pasaron y la jornada escolar acabó por lo que no pudo encontrarlo a tiempo.

Tuvo que esperar al día siguiente para poder hablar con el, buscó por los pasillos de la escuela hasta que al fin lo encontró en el fondo de la biblioteca, de inmediato se acercó hasta él para poder hablar sobre lo ocurrido.

-Tao, ¡Al fin te encuentro!-Suelta la pelirosa con una sonrisa en su rostro, su novio se voltea con la misma expresión seria.

-¿Me buscabas?-

-Si, quería hablar sobre lo que sucedió ayer.-

-Oh eso...-Respondió rascando su nuca.-Perdón por eso Anya... actué como un tonto, ¿Me perdonarías? Prometo que te lo recompensaré.-

-Esta bien.-Contesta ella con una tierna sonrisa en su rostro. Es en ese momento en el que Tao aprovecha para acercarse aún más a su novia hasta el punto de acorralarla entre una de las mesas y él.-¿Tao?-

-Voy a recompensarte por perdonar a este tonto.-Soltó antes de lanzarse sobre la joven y comenzar a besarla desesperadamente, hambriento de esos labios y de algo más.

El ambiente comenzó a tensarse y a calentarse al mismo tiempo, Anya no se sentía del todo cómoda con aquellos besos, sentía que Tao estaba siendo demasiado brusco con ella. Aquellos besos no se sentían dulces como los de siempre. Tao había colocado sus manos en la cadera de la contraria y poco a poco comenzó a bajar las mismas hasta el final de su falda para tomarla y alzarla sorprendiendo a la pelirosa enseguida.

-¿T-Tao?-Soltó sorprendida aferrándose a su chico para no caer mientras éste la colocaba sobre la mesa.-¿Qué estas-Pero sus palabras fueron calladas por unos labios ambiciosos tratando de llegar más allá.

Quiso leer sus pensamientos pero nada de lo que había allí parecía darle un indicio de lo que estaba sucediendo y el pánico llegó a ella en cuanto sintió las manos de Tao subir su falda.

Intentó separarse de Tao, quería hablar, quería preguntar hasta donde quería llegar, pero Tao continuaba presionando sus labios contra los de ella separándolos a penas para tomar aire y volver a unirlos.

La desesperación se hizo grande y el deseo de huir aumentó, comenzó a intentar a alejar a Tao de ella pero él la superaba en fuerza y pronto atrapó una de sus manos con la de ella.

Sus mejillas comenzaron a empaparse y aquellos bruscos besos se convirtieron en besos salados que lograron hacer sonreír al mayor.

-P-por favor detente.-Pidió en un hilo de voz en cuanto Tao separó sus labios para tomar aire, pero poco le importó sus ruegos y volvió a unir sus labios.

Más desesperada que nunca quiso gritar y al no poder hacerlo se vio en la obligación de comenzar a patalear, estaba segura que con uno de sus pies podía golpear la silla a su lado y hacerla caer causando un gran estruendo que alarmaría a alguien, y una vez lo logró deseó que la tierra la tragara porque quien apareció por el pasillo era nadie más y nadie menos que Damian.

-¿Qué rayos?-Soltó al ver la escena, los libros que traía resbalaron de sus manos y sus ojos se agrandaron.

Al escuchar aquella voz Tao se separó de los labios de Anya y volteó a observar al Desmond con una clara expresión de molestia.-Que raro Desmond metido donde nadie lo llama, ¿Por que no vas a dar una vuelta y te pierdes? Anya y yo estamos ocupados.-Respondió antes de volver a girarse a su novia la cual tenía una expresión aterrada en su rostro.

Damian ignoró a Tao y decidió acercarse lentamente y dirigirse a la pelirosa.-Anya ¿Estás bien?-La nombrada negó mientras un sollozo escapaba por sus rojos labios.-Tao alejate de ella.-Habló amenazante el pelinegro.

DamiAnya | Why?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora