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Para tener un nombre cuyo significado es "Feliz" y no serlo esta medio raro, verdad.

Mi nombre es Nara Owakata, mi madre era una Geisha y mi padre la "rescato" por así decirlo de ese mundo. Se enamoraron y casaron a los tres años nací yo, aun que me hubiese gustado no haber nacido.

Mi madre murió poco después de que yo nací y lo único que dijo fue <Nara> así que me pusieron ese nombre. Lo poco que sabia de ella era por la fotos de su boda, tenía un cabello largo de color café y era rizado, su piel era muy blanca y tal vez suave, sus ojos eran color azul cielo. En la escuela siempre me hicieron burla por no tener a mi madre, mi padre trabajaba todo el tiempo para poder sustentar la casa y brindarme una educación adecuada así que prácticamente era huérfana. Crecí y viví en Roppongi, todas las calles me las sabia de memoria, tener memoria fotográfica ayuda en mucho.

A los cinco años ya sabia hacer de todo, no tenia familia aparte de mi padre, así que siempre fui dependiente de mi misma y me valía de mis estudios, en mis ratos libres hurgaba por toda la casa buscando algo para entretenerme ahí encontré libros y los ame, cada que podía iba a una biblioteca que estaba cerca de mi escuela y llegaba a casa con muchos libros.

Podría decirse que a esa edad si era feliz. Pero todo cambio cuando cumplí doce años, mi padre comenzó a tomar y el dinero que ganaba en la fabrica se lo gastaba para comprar cervezas. Intente no pensar en esos problemas y me la pasaba leyendo todos los días, a la hora que fuera, sin importar nada.

°•°

Iba saliendo de la escuela, como siempre atrás de mi venían los mismos chicos que siempre me molestaban, pero solo los ignore; saque mi libro y en todo el camino de regreso a casa me puse a leer.

En un momento sentí como alguien me jalo del cabello y me quitaron mi libro.

-Que pasa, necesitas de tu mami para defenderte-

-Enji, te recuerdo que ella no tiene mamá-

-Cierto lo olvide-

-Dame mi libro-

-Esta cosa, esto no puede ser un libro; ademas se ve muy aburrido- después de que Aiko dijera eso sus amigos comenzaron a reír, ya estaba acostumbrada a todo esto, pero aun así me seguía sintiendo mal por no saber defenderme. Lo único que nunca me espere fue que me empujaran a la carretera.

-Eres un maldito fenómeno y mereces morir, como tu madre- después de que Enji dijera eso, Dai me empujo a la carretera, caí de senton y logre escuchar como una moto se freno de golpe.

-¡Oigan idiotas quienes se creen ustedes para tratarla así!- grito un chico de lentes y cabellos rubios con mechas celestes.

-Rindou ayuda a la chica a levantarse- hablo un chico con trenzas, mientras se bajaba de la moto y caminaba hacia los que me venían molestando.

-Estas bien- pregunto el de lentes mientras me extendía su mano, nerviosa la acepte y me levanto de un tiron, cuando nos dimos la vuelta el chico que lo acompañaba ya había golpeado a los tres chicos que siempre acompañaban a Aiko.

-Esto es tuyo, verdad- hablo el de trenzas entregandome mi mochila.

-Si, gracias por haberme ayudado-

-No fue nada, desde que saliste de la escuela los vi como te venían molestando- dijo el de lentes y yo me asusté un poco.

-Rindou ya la asustaste-

-Callate Ran-

-Ya tengo que irme- levante mi libro y comencé a correr, sentí una punzada en mi pecho la cual me hizo voltear y vi como el chico de lentes me saludaba con su mano.

...

-Genial, y ahí va otra chica- hablo Ran al ver como la chica me había ignorado. 

-Quieres callarte ya Ran-

-Por favor, eso de "desde que saliste de la escuela" sonó muy  mal-

-Pero vamos en la misma escuela-

-Y ella no lo sabe, tu siempre te le quedas viendo y tal vez ella solo piensa en un chico como el de sus libros-

-Ya dejame en paz- dije mientras me subía a la moto, la prendí y me puse en marcha, ahora debía pensar en una forma de como pedirle perdón, y aclarar lo de la escuela.

...

Al llegar a casa abrí la puerta y me deje caer en la entrada intentando regular mi respiración, creí que mi papá saldría de la cocina hecho una furia pero nunca paso, por lo que solté un grito y lleve mis manos a mis mejillas sintiendo su calor.

Me levante del piso y fui a la cocina, abrí el refrigerador y comencé a buscar algo para hacer la comida.  

I LOVE HER   Rindou Haitani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora