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- Vendré por ti más tarde, te amo -

- Y yo a ti, te avisaré cuando salga- me despedí de Rin y entre al trabajo, al entrar Kyoko se abalanzó sobre mi.

- Dios, Nara que bueno que estés bien -

- Hola, como está tu pequeño -

- Ya está mejor, pero como estas tu -

- Estoy bien- respondí tomando mi uniforme, antes de entrar al baño solté un suspiro y abrí lentamente la puerta. Conté hasta tres y me adentre, apretaba con fuerza mi uniforme hacia mi pecho y estaba respirando agitadamente.

De pronto todo cambio y vi a Yoshio tratando de besarme y como tocaba cada parte de mi cuerpo. Mi respiración se hizo más anormal y las piernas me fallaron haciendo que callera de rodillas al piso.

- Basta, basta dentente- pedía mientras me abrazaba a mi misma, pero eso no era suficiente, seguía viendo como Yoshio tocaba mi cuerpo. - Déjame en paz!- grite y en ese momento sentí como alguien tocó mi hombro.

- Estas Bien -

- Sacame de aquí- pedí con los ojos llorosos y Patricia me levanto del suelo. Cuando salimos de los baños me sentó en una silla y fue a hablar con Kyoko.

- Deberíamos llamar a su novio -

- Ya te sientes mejor -

- Kyoko, yo tengo miedo de que me haga algo -

- Tranquila nada malo te va a pasar, quieres que llamemos a tu novio y quieres trabajar -

- Podrías llamar a Rin- pedí y ella asintió, le entregue mi teléfono. Mientras esperaba a que Rin llegará me puse a hablar con Patricia.

- De donde eres?-

- Soy mexicana pero mis padres me enviaron con mi tía hace un par de años, ella tiene un hijo así que yo trabajo, me quedé con ellos por que el papá de mi primo los abandonó además de que mi primo es un salvaje incluso tiene su propia pandilla puedes creerlo -

- Y como es México, en realidad su cielo es amarillo -

- Pff no, el cielo es azul, de donde sacaste eso -

- En la películas se ve amarillo -

- Sólo es por el efecto -

- Nara que te paso- entró Rin y detrás de él venía Ran.

- Estoy Bien -

- No te creo, pero bueno será mejor que vayamos a casa- asenti, me levanté de la silla y Ran tomo mi mochila.

- Nos preocupamos cuando le marcaron a Rindou desde tu teléfono y respondió otra persona -

- Lo siento estaba muy nerviosa- respondí rascando mi nuca.

- Pero que fue lo que te paso -

- No lo se -

- Tal vez es estrés postraumático, será mejor que la lleven con alguien que pueda ayudarla- respondió Patricia ganándose la atención de Ran, quien sólo sonrió bobamente y asintió con la cabeza.

Saliendo del local me subí a la moto de Rin y emprendió camino directo a su casa. Al llegar les ayude a hacer su quehacer y también les ayude con la comida.

- Mañana iremos con un psicólogo o con alguien que te ayude- dijo Rin dejando un beso en mi frente.

- No es necesario, sólo recordé lo que pasó ese día y me sentí mal -

- No pongas excusas tontas, Ran también está preocupado, eres la primer chica con la que habla sin que se le insinúe -

- Por que tal vez tu eres mi novio, y sólo tengo ojos para ti- respondí tomando su mano.

- Me encantas- junto sus labios con los míos y comenzó a besarme. Me tomo de los muslos y me sentó en la barra de la cocina. - Aveces me molesta tu estatura, tengo que agacharme para besarte -

- Eres un tonto- ambos comenzamos a reírnos. En verdad amo a este chico.

- Rin tenemos que darnos prisa, Izana nos mando a llamar- Ran venía entrando así que Rin sólo me bajo y después fue por mi mochila.

- Te llevaré a tu casa, te veo mañana -

Asenti y salimos de su casa, Ran se fue hacia otro lado y Rin me fue a dejar a mi casa. Al llegar entre a mi casa y deje mi mochila en el piso.

- Por que no estás en el trabajo- pregunto mi papá saliendo de la cocina, haciendo que pegara un brinco por el susto.

- Hubo un problema y el jefe nos mando a casa -

- Hazme la comida tengo hambre- se fue directo al sillón y encendió el televisor, yo fui directo a la cocina y comencé a preparar su comida. Antes de que Rin me trajera ya habíamos comido por lo que sólo haría comida para él.

Una vez que estuvo lista lo llame y se sentó en la silla.

- Por que sólo hay un plato, tu no vas a comer o que -

- Comí en el trabajo, antes de que nos mandaran a casa- le respondí, mi papá sólo asintió y siguió comiendo en silencio. - Iré a hacer mis tareas -

- No sabes que es de mala educación dejar comiendo solo a un adulto -

- Lo siento- me volví a sentar.

En que momento mi vida cambio tanto.

I LOVE HER   Rindou Haitani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora