You Shook Me All Night Long ~ Brian x Malcolm

254 29 12
                                    

Brian dejo su cerveza sobre la mesa y se frotó las manos. Él no era ningún tonto, sabía que ese chico lo había estado viendo desde hacía rato. Estaba decidido a ir por él, después de todo, se encontraba aburrido tomando solo.

Se puso de pie y caminó hasta la barra, mostrandose seguro de lo que haría. A él no lo intimidaba nadie de ahí, ni siquiera cuando vio a otro tipo tratar de acercarse también; a quien le lanzó una mirada algo amenazadora, llevando una mano a uno de sus bolsillos traseros para darle a entender que podría estar armado, logrando que éste se sentara en un taburete más lejos.

—Hey, buenas noches. —saludó, apoyandose sobre la barra.

—Igualmente. —respondió el chico, moviéndose un poco para poder mirarlo a los ojos, haciendo notar sus orbes verdosas.

—¿Cómo te llamas, precioso?

—Malcolm Young. —sonrió. —¿Tú?

—Brian Johnson. —contestó.

—Es un gusto, Brian, ¿Te gustaría acompañarme? —le ofreció extendiendo su mano para darle a entender que tomara asiento a su lado. El mayor sonrió sentandose en uno de los taburetes. Genial, ni siquiera tuvo que insinuarse demasiado.

—Ah, joven. —llamó al chico que estaba atendiendo en ese momento. —Traigame dos cervezas, yo invito. —le guiñó un ojo al otro chico mientras sacaba un par de billetes del bolsillo de su pantalón y los dejaba encima de la mesada. El mozo llenó ambos vasos y los dejo cerca de ellos, tomando el dinero a cambio. —¿Vienes muy seguido por aquí? —preguntó.

—No, casi nunca pero estaba aburrido y quise salir hoy. ¿Tú? —tomó uno de las botellas para beber de éste, demostrando que aceptaba su invitación.

—La mayor parte del tiempo libre que tengo me lo paso de bar en bar, pero no estado he estado aquí en meses. —bebió de su cerveza mientras escuchaba al otro reír un poco por su respuesta. Iba bien, pudo acercarse sin problemas, invitarle una cerveza e incluso hacerlo reír.

—¿A qué te dedicas? —preguntó el que se notaba era menor.

—Canto una banda, pero no nos va muy bien. ¿Tú que haces?

—Trabajo de mecánico, pero me gustaría ser músico. Toco guitarra, bastante decente en realidad.

—Si algún día quieres formar una banda, ya tienes vocalista. —le sonrió y el otro le devolvió la sonrisa con las mejillas algo rojas.

—¿Qué tal si salimos de aquí? —propuso Young mientras se ponía de pie, acomodando su chaqueta de jean.

—Vamos.

.
.
.

No sabía que tanto había tomado, ni en cuántos lugares había estado. De lo único de lo que estaba seguro Brian era que lo labios de Malcolm eran muy suaves y sabían deliciosos por el alcohol. El sillón de ese pub dónde estaban ahora era mucho más lindo que el del bar anterior, que parecía casi que de mala muerte y echado a perder.

Las manos del menor acariciaban las mejillas del otro hombre mientras seguía besándolo, éste sólo se dedicaba a mover sus labios sobre los suyos; acariciando despacio la delgada cintura ajena con una mano, pues con la otro sostenía una cerveza a medio tomar. Los suaves y cortos jadeos del de cabello lacio apenas sí se oían por la fuerte música del lugar. Había mucha gente bailando al rededor de ellos, moviéndose provocativamente pero a ninguno de los dos le importaba, en ese momento solamente existían ellos y la atracción inmediata que habían sentido al comienzo de la noche.

—Eres tan guapo. —habló Malcolm una vez que se separaron, mientras jugaba con los rulos del más alto.

—¿Alguna vez te has visto en un espejo? Maldita sea, estás muy bueno tú también.

El guitarrista rio y el otro sólo lo imitó. El alcohol borraba el filtro entre su pensamientos y sus palabras, la sinceridad ante todo pensaba su mente algo mareada.

—¿Qué hora es ya? —el de cabellos lacios miro su reloj. Las cuatro y media de la madrugada, marcaban las manecillas. —Carajo, tengo que volver ahora.

—Aún es temprano. —le dijo el otro, tomando su muñeca suavemente para ver la hora. Él podría seguir ahí hasta el amanecer.

—No, no, mis padres me matarán si tardo mucho más. Tengo que trabajar en la mañana.

Un segundo, ¿Padres? ¿Cuál era la edad de ese chico? Se notaba que era más joven, pero que tanto más lo era cómo para que siguiera viviendo con sus padres.

—Espera, ¿Cuántos años tienes?

—Veinte, ¿Por qué?

—Mierda, yo veintiséis.

—Da igual, Brian, ambos somos mayores. —golpeo un poco su hombro para tranquilizarlo, lograndolo rápidamente.— Pero tengo que irme de todos modos.

—Bien. —respondió algo triste pero parándose del sillón con él.

Una vez en la puerta, Malcolm volvió a besar los labios del otro, dejando impregnado su sabor, una combinación entre el alcohol y la dulzura de algún bálsamo labial, para el resto de la madrugada.

—Descansa. —dijo el de rulos, a nada de darse la vuelta para retirarse.

—Espera, ¿No tienes alguna forma de anotar mi número?

—Yo te doy el mío. —sacó de su bolsillo un papelito doblado, donde podía leerse una sucesión de números escritos a lápiz. —No iba a irme sin ningún chico. —bromeo Brian y el otro muchacho rio con él.

Finalmente se despidieron, prometiendose que llamarían luego. Johnson se fue sonriendo a su casa. Si bien tendría resaca cuando despertara, también tendría el número de un chico bonito y simpático.

One-shots; AC/DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora