One-shots; AC/DC

Highway to Hell ~ Bon x Malcolm

Power_Age

Aquí está tu escrito. ¡Espero que lo disfrutes y disculpa si no es lo que esperabas!

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Bon miro sobre su hombro, contemplando como las delgadas piernas de Malcolm se movían un poco mientras la mitad de su pequeño cuerpo se encontraba debajo del auto. Lo escuchaba quejarse y llegó a distinguir como estiraba un poco su mano para sacar alguna herramienta de la cual no conocía el nombre para seguir en lo suyo.

Volvió su vista al frente, sacando un cigarrillo de la cajetilla que siempre llevaba en el bolsillo trasero de su jean desgastado. Lo encendió cuando estaba ya entre sus labios. El sol de la tarde estaba golpeándole la cabeza con fuerza, así que puso su mano sobre su él para tapar un poco la luz tan molesta que llegaba a su ojos.

Al escuchar el chirrido de las ruedas de camilla deslizarse sobre el plano concreto, se movió de la mesa de dónde estaba apoyado. Se quitó el cigarrillo de la boca mientras liberaba humo, acercándose al otro chico quien limpiaba el sudor de su cara con un paño.

-¿Pudiste arreglarlo? -preguntó, mirándolo.

-Sí, sólo que deberías bajar un poco más la velocidad la próxima vez. -le contestó mientras se ponía de pie.

-Ya te dije que no ví el bache.

-Sí, seguro. -respondió él, rodando sus ojos y levantado el capó del auto para medir su aceite. Todo estaba en orden ahí, así que volvió a cerrarlo. -Aquí lo tienes. -se apoyó sobre el cofre.

-Gracias. -le sonrió, mientras se quitaba el cigarrillo de la boca y lo arrojaba al piso para luego aplastarlo. Buscó algo de dinero de su bolsillo para dárselo y él lo guardó en la caja de herramientas que se encontraba sobre la mesa. -Hey, ¿No quieres ir a dar una vuelta?

-Tengo que atender el taller, pero tal vez otro día sí pueda. -limpiaba sus manos con el mismo trapo que había usado para secar su sudor.

-Puedes dejarlo un rato, vienes conmigo y luego vuelves.

-Ronald, te dije que no.

-¿Qué te cuesta, muñeco? -susurró esa oración e incluso se acercó a él para intentar poner sus manos en sus caderas, pero recibió un golpe fuerte con la tela sucia.-¡Auch! Bien, bien -se sobó el dorso de la mano, el cuál estaba bastante rojo.

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Young se sobresaltó al oir tan cerca de él una bocina, dándose la vuelta con una mano en el pecho.

-¡Buenas tardes! -saludó Scott desde el asiento del piloto, con una mano sobre el volante y el codo contrario apoyado en la ventanilla baja.

-¡¿Qué mierda te pasa?! ¡Casi me matas del susto! -sólo pudo escuchar como respuesta de su parte una risa burlona, logrando que él pusiera sus ojos en blancos en señal de hartazgo.-Además, ¿Qué haces aquí?

-Ayer dijiste que tal vez otro día saldríamos, hoy ya es otro día. -le sonrió con los ojos cerrados, mostrandose orgulloso por su lógica. Escucho el portón de chapa del taller siendo cerrado con fuerza y la puerta del copiloto siendo abierta y azotada de vuelta. Abrió sus párpados para verlo. -Con cuidado, arreglar la puerta saldría más caro.

-Sí, sí, lo que sea. -ya era algo tarde, sólo por eso cedió ante su propuesta. Además, el cliente que tenía pasaría a buscar su auto al día siguiente cerca del mediodía, así que tenía tiempo para trabajar.

Scott sólo aceleró en dirección a la calle, comenzando a moverse hacía el norte. Encendió la radio, subiendo su volumen luego. Pronto tuvo que parar en un semáforo y ahí pudo observar a su acompañante, estaba cruzado de brazos y mirando hacia afuera. La forma en la que el cinturón de seguridad apretaba su torso lo hizo morderse el labio inferior, se veía tan apetecible para él. En seguida volvió a acelerar cuando vio la luz verde.

-¿No crees que vas muy rápido? -preguntó Malcolm, mirándolo con algo de desconfianza. No estaba tan seguro de que tan cuerdo era él.

-Podría ir aún más, si quieres. -le guiñó un ojo, pero al otro no le generó ni gracia ni ninguna otra reacción que no fuera un poco de miedo.

-No... así estamos bien.

El auto giró con velocidad en una esquina, dirigiéndose hacía el noroeste ahora.

-¿Dónde pretendes ir? -preguntó el más bajo.

-¿Qué tal salir de la ciudad, eh? -ofreció, levantando una ceja de forma pícara.

-¿Para qué?

-Para divertimos un poco.

Se quedaron en silencio por unos largos instantes en los que el copiloto se sintió lo suficientemente relajado como para apoyarse sobre la ventanilla. El sol comenzaba a caer y no en mucho tiempo quedarían en plena oscuridad. Las casas cada vez estaban más separadas unas de otras mientras más se alejaban del centro de la urbanización.

Finalmente, Bon estacionó en una pequeña especie de barranco. Un lugar que estaba encerrado entre algunos árboles y que sólo era iluminado por los faroles del auto y la poca luz natural que quedaba.

La radio seguía sonando en una canción romántica pegajosa que hacia poner nervioso al mecánico, quien daba su mejor esfuerzo por ignorarla. Scott ya sabía bien que hacer. Se acercó a él despacio, para poder abrazarlo y juntar sus labios. El freno de manos molestaba un poco entre sus cuerpos, sin embargo buscaron no pensar en eso.

Ambos se entregaron al beso, dónde sus bocas intercambiaban sus sabores. No había saliva, ni lenguas, ni manos. Era un beso suave y tierno. Tal vez más dulce del que se podía esperar de ellos, pero era simplemente porque no tenían ganas de más intensidad en ese momento.

-Te amo muchísimo. -dijo el más alto cuando se separaron.

-Te amo más. -sintió como comenzaba a acariciar su mejilla izquierda con su mano y él se recostó sobre ésta.

-Eres precioso. -halagó y consiguió que el otro riera despacio.

-Tú eres muy lindo también. -recibió un beso dulce en su frente.

Volvieron a besarse, con la misma tranquilidad de hace unos instantes. Enfocándose en probarse el uno al otro en un lugar donde nadie podía verlos ni juzgarlos. Nunca actuaban como pareja en el taller por esa razón, miedo a que los vieran y acusaran con los padres de Malcolm, pero ahí era todo diferente. En la mitad de la carretera por la noche, no había forma de que alguien los encontrara y podían amarse sin problema alguno.