Let Me Put My Love Into You ~ Brian x Angus

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Brian movía lentamente dos de sus dedos, el mayor y el anular, en el interior de su novio. Se detenía a acariciar sus paredes y sentir la humedad que había ahí gracias al lubricante que utilizó cuando los metió. Lo mantenía con la espalda pegada a su pecho, con las piernas abiertas y algo elevadas para tener espacio.

Los dígitos hacían a Angus jadear y suspirar. Se regañaba a si mismo por ser tan sensible pues sólo eso ya tenía a su pene despierto y a sus pezones puntiagudos. Sus manos estaban a los costados de sus piernas, apretando las sábanas para poder descargar algo del placer que sentía, la agarraba con fuerza cuando los dedos tocaban su próstata.

—¿Crees qué estás listo para algo más grande? —fijo contra su oido con su voz ronca, haciéndolo estremecerse y dar un pequeño apretón con sus paredes. —Ya estás dilatado lo suficiente, ¿No te parece?

Las mejillas de Young estaban rojas. No sabía por qué pero que dijera esas cosas lo hacía sentir muy avergonzado. Sentía su miembro palpitar, listo para el orgasmo. —Bri, yo- —no pudo terminar pues ambos dedos presionaron con fuerza su punto débil, haciéndolo gemir realmente fuerte por primera vez en la noche.

—¿Tú que? —preguntó burlón mientras seguía empujando pero no obtuvo respuesta. —Vamos, amor, dime qué pasa.

Un largo y agudo gemido salió de los labios del más bajo cuando se vino, manchando su abdomen y la camisa desabrochada que aún llevaba puesta.

—Ya no digas nada —casi que ordenó Johnson mientras quitaba sus dedos, dejando un vacío que era extrañamente desesperante para el otro. —Acuéstate —pidió mientras se quitaba sus pantalones y los arrojaba por ahí junto con su ropa interior, hacia rato que ya no usaba sus zapatillas. Su chaleco también quedó tirado en algún lugar de la habitación, no llevaba camiseta. Angus se mordía el labio inferior mientras veía como se desnudaba, inconscientemente llevo sus propios dedos a su agujero para tocarse pero la mano derecha de Brian lo tomó por la muñeca. —Deja eso para cuando estés solo y me extrañes, ahora tendrás algo mejor. —el más bajo tembló y asintió sin emitir ruido alguno.

El cantante tomó ambas piernas, las separó para poner una en cada hombro. Él quería ver su cara cuando se lo cogiera y mejor aún, cuando se corriera dentro suyo. Simplemente amaba las expresiones que hacía. La camisa blanca desabrochada y manchada con su propio semen daba una imagen erótica que hacía al más alto desear meter todo su amor en él de una buena vez. Así que empujo la punta lentamente hasta dejar todo dentro. McKinnon se aferró otra vez de las sábanas. Gimoteando mientras el pene se abría paso en él y separaba sus paredes. Cuando creyó que ya estaba abierto del todo, resultó ser que aún podía estarlo más.

—B-Brian —jadeó, agarrando las mejillas ajenas con sus manos cuando él se encorvó en contra suyo. Comenzó a moverse, golpeando y acariciando dentro.

Se sentía muy sensible y dispuesto a recibir todo lo que su pareja le daba, con sus mejillas ardiendo y su boca abierta. La sensación era tan buena para ambos que no podían parar. El menor gemía cada vez que la pelvis de su novio impactaba contra su trasero. Los dedos de sus pies se doblaban en los hombros ajenos y sus piernas temblaban levemente. Sus manos fueron a su espalda, rasguñando con sus uñas cortas, buscando descargar todo el placer que sentía de esa forma.

—¡M-más rápido! —chilló cuando una embestida dio justo donde más le gustaba, retorciéndose debajo del otro. —¡Aah!

Brian jadeaba ronco y quitó las piernas de sus hombros para llevarlas a sus caderas, abriéndolas más y dejándose así más espacio para seguir penetrandolo cómodamente. Ambos disfrutaban del encuentro, tal como debían ser. Se amaban y eso hacía que el sexo no se reduciera sólo a sexo, sino que para ellos era algo más: hacer el amor.

El inglés tomó por la cintura a su novio con fuerza mientras movía su pelvis con frenesí, generando que el sudado y ansioso cuerpo del escocés subiera y bajara entre las sábanas. Los gemidos y jadeos inundaban la habitación, el chapoteo de ambas pieles chocando igual.

Angus se sentía cerca del orgasmo, no podía más con el placer que le recorría desde la cadera hasta la cabeza, haciéndolo delirar, y que ardía en su vientre bajo. Su cuerpo se retorcía, su pene palpitaba con la punta rojiza y chorreaba líquido preseminal. En cualquier momento iba a liberarse. No pasó mucho antes de comenzara a gritar, se aferró con más fuerza al cantante y no pudo avisar antes de venirse, pues lo sorprendió a él también. Manchó su abdomen, pecho y parte del vientre ajeno.

Brian sonrió por la forma en la que lucia ahora, era tan bonito. La expresión en su rostro fue demasiado buena como para olvidarla, con sus mejillas rojas y esos carnosos labios abiertos, sus ojos cerrados y las cejas encorvadas hacia arriba. No aguanto más la tentación y se inclino hacia Young, besándolo con candente pasión y manteniéndolo quieto contra el colchón gracias a su peso.

Ahora fue él quien se sintió libre al dejar todo su caliente y pegajoso fluido dentro de su pareja, quien chilló durante el beso gracias a la sensación de estar lleno hasta en lo más profundo.

El ritmo de las embestidas bajó, pero la profundidad aumentó bastante. Buscaba dejar una marca dentro para que no olvidara que era suyo, que su interior tenía la forma y tamaño de su miembro y que si alguna vez se le ocurría cambiarlo, no estaría satisfecho de nuevo. Ahora que ambos ya había alcanzado el clímax, sólo quedaba darse algunos mimos antes de terminar con todo. Las caricias hicieron acto de presencia, el cantante tocaba de arriba a abajo, desde las caderas hasta el pecho. Se detuvo algunos momentos sobre sus pezones para pellizcarlos un poco, sabía que a él le gustaba eso.

Finalmente, el más alto quitó su miembro de dentro del guitarrista. Acostandose a su lado, el otro se acomodo sobre su pecho, abrazándolo.

—Te amo. —dijo al cerrar sus ojos.

—Yo igual. —respondió acariciando sus cabellos hasta caer dormido.

One-shots; AC/DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora