Go Down ~ Phil x Cliff

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La muñeca izquierda de Cliff ya dolía por el fuerte agarre del baterista, estaba segurísimo de que ya estaba roja. Sus piernas se tambaleaban y necesitaba de la ayuda del otro para moverse pero hubiese deseado que no fuera tan brusco. El alcohol nunca era bueno para ninguno de los dos y habían consumido el suficiente como para desmayarse, pero el bajista sabía que no debía hacerlo porque de ser así, no le cabía la más mínima duda que de que terminaría siendo abusado por cualquiera dentro del antro.

La calle estaba oscura y desolada, sólo algunas pobres personas estaban ahí. El australiano no le dio atención a ninguno, se mantenía ocupado en tratar de seguirle el paso al inglés, las sustancias ilícitas que había consumido lo ponían enérgico.
Una vez que llegaron al departamento de Phil, Williams pudo sentarse en el sofá y cerrar los ojos, suspirando aliviado.

A su lado se sentó el otro, sacando un cigarrillo de la cajetilla que tenía en una mesita para luego encenderlo en su boca. Le dio una calada mientras repasaba con la mirada el cuerpo del contrario.

-Qué bueno que estás. -dijo sin rodeos, logrando que el más alto sonriera.-Tengo ganas de divertirme, ¿Tú no?

-No -hizo una pausa; suspirando, abrió sus ojos con pesadez. -Pero podemos besarnos un poco.

-Agh, vamos, algo rápido.

-Phil, estás muy ebrio, te dormirás.

-Te prometo que no.

El bajista rio. -Bien, bien -le dijo, extendiendo sus brazos para recibirlo entre ellos y empezar un beso con él.

El baterista apagó el cigarrillo a medio consumir en el cenicero de la mesita que estaba al lado del sofá. Aprovechando que tenía la mano allí, apagó el velador, dejándolos casi a oscuras de no ser por la luz que entraba de afuera y la que salía de la cocina.

Estando sobre él, besó con una desesperación que no sentía hacia mucho en sus labios. Buscando que el otro respondiera con tanto afecto como él le proporcionaba. Las manos del bajista se aferraron a su camiseta con fuerza cuando dejó que la lengua ajena ingresara en su boca.

No pasó mucho antes de que el castaño se separara de él. Jadeando algo cansado.

-Mejor paremos. -dijo. -No voy a poder.

-Lo sé. -acaricio sus cabellos lacios, buscando consolarlo con una sonrisa tierna en su rostro. -Te amo.

-Yo más. -respondió, dejando un beso suave y corto en la frente del otro. Luego se paró de su lugar, llendo a la cocina y volviendo con una botella de cerveza.

-¿No que querías parar?

-Parar de besarnos, aún quiero beber. -destapó la bebida y le dio un sorbo algo largo, limpiandose la boca con su propia mano.

-Te harás daño, Phil. -le dijo. Era hipócrita, bebía tanto o más que él todos los días.

-Hazte daño conmigo -pidió, entregándole el delgado cristal que aún estaba casi lleno de alcohol.

Cliff suspiró antes de llevarla a sus labios y beber de ella. Estaba cansado, pero de todas formas bebió con él.

No pasó mucho antes de que la botella acabara en el piso, aún con contenido, y Rudd durmiendo sobre el pecho del otro, quien acariciaba su cabeza con amor. Miraba por la ventana lo que su posición le permitía observar.

-¿Qué estamos haciéndonos? -preguntó en voz alta sabiendo que nadie le respondería.-Nos estamos arruinado, mi amor -optó por contestarse a sí mismo, pues conocía la respuesta. Él aún dormía tan plácidamente que no escucho nada más que su respiración tranquila. -Pero tú no tienes miedo. -contempló su ceño que dibujaba una expresión de paz.

Él tampoco debería tenerlo entonces. ¿No le había dicho alguna vez que no temiera a las cosas que ya habían pasado por encima?. Si esto ya lo habían hecho mil veces, beber en algún bar y terminar juntos en la casa de Rudd. Ya era tarde para andar pensando, se recordó. Cerró sus ojos e ignoró su estómago revuelto y su cabeza confundida para poder descansar al menos unas horas hasta que amaneciera.

One-shots; AC/DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora