Ａｍａｒｉｓ | ʀᴏʙɪɴ ʙᴜᴄᴋʟᴇʏ

can't remember to forget you

I keep forgetting I should let you go
But when you look at me
The only memory is us kissing in the moonlight
I can't remember to forget you

Shakira-Rihanna

-¡Niños, he vuelto!- respondí alegre entrando a la heladería. Frené de repente cuando vi que era Robin la que se encontraba del otro lado del mostrador.

- oh, hola Amaris- respondió tímidamente.  Ya no me daba la mirada intimidante del primer día y por alguna razón sentí que el ambiente se volvía cada vez más ligero. Decidí acercarme a ella para hablar sobre los rusos- hemos descubierto parte del mensaje: la semana es larga.

- wow, ¿y tienen idea qué hay detrás de eso?- no voy a mentir, esperaba más pero solo se había ido unas dos, casi tres horas.

- Aún no lo sabemos- solo asentí. Y ahí estaba de nuevo el silencio incómodo. En algún momento de nuestra relación el silencio pasó de ser algo preciado a algo incómodo y raro- hacía tiempo no hablábamos, Amy.

- Sí, es cierto- bajé la cabeza pensando qué más decir. Te he extrañado. No, es demasiado y voy a espantarla. Piensa piensa- ¿Te cortaste el cabello, cierto?- No, tonta, le creció para adentro.
Robin solo asintió y pasó su mirada por mi cuerpo y no pude evitar ponerme nerviosa, se detuvo en mi camiseta.

- Me gusta tu camiseta, el color es genial- mi remerón de Queen verde oscuro, era mi favorito. Ella se veía bastante nerviosa.

- ¿Y qué se siente trabajar con Harrington después de todo?

- No está tan mal como pensé- me sonrió de lado mientras apoyaba sus codos contra el mostrador, en la misma posición en la que me encontraba pero enfrentadas, y yo no pude evitar bajar mi vista a sus labios, Robin imitó mi acción. No voy a mentir, la conversación con Will me había dado un poco de valentía y aunque tenía miedo de que alguien nos vea, no me importaba en absoluto.
Por unos momentos, estuvimos solo ahí, mirándonos con nostalgia y deseo. Nuestras narices se rozaban un poco, podía sentir aliento caliente sobre mi cara-y tuve que usar todo mi autocontrol para no besarla. No podía dejar de pensar en nosotras besándonos en Halloween, en mi casa, en el baño del colegio, en las aulas vacías, bajo las gradas. Cuando me veía así era lo único en lo que podía pensar.
Quería quedarme así siempre, pero lo bueno dura poco y Dustin apareció por la puerta que conectaba con el fondo e inmediatamente nos separamos.

- Steve dice que sigas con lo del mensaje mientras él sigue sirviendo- Dustin no había reparado en mi presencia hasta ese momento- oh, hola Amy, ¿podrías ayudar a Robin? Quizás así sea más rápido- sonrió tiernamente, quería matarlo por interrumpir mi momento con Robin pero Dustin es realmente tierno y no podía enojarme con él aunque quisiera.

Una vez que habíamos terminado de traducir el código nos reunimos los cuatro en la despensa. El shopping había casi cerrado para ese momento.

- la semana es larga, el gato plateado come cuando azul y amarillo se encuentran en el oeste- leímos todos al mismo tiempo. Básicamente eran frases sin sentido.

- No puede estar bien- Steve se veía más confundido que yo.

- ¿Y que creías que iban a decir? "ataquemos al atardecer"- Robin respondió imitando un muy malo acento ruso- nuestra traducción está bien.

- Exacto, alguien quiere ocultar el verdadero mensaje, solo hay que descubrirlo- Dustin asintió y continuó con mi punto.

- Si alguien quiere ocultar el mensaje es porque es algo confidencial y se conformarían mis sospechas: rusos malvados.

- Me cuesta darle la razón a este niño raro pero sí, Steve.

- Hay rusos malvados, genial- respondí riendo con amargura- a lo mejor ese gato dorado es un lugar.

- Es plateado y puede ser una persona también.

- Oigan... ¿Y Steve?- llamó nuestra atención Robin dándose cuenta de que él ya no se encontraba en la habitación.
Los tres se asomaron por la puerta y vieron a Steve corriendo a lo lejos y, obviamente, lo siguieron.

- ¿Qué haces?- le pregunté riéndome. Si se llegaba a subir a ese caballito nunca iba a superarlo.

- ¿Tienen una moneda de 25?

Robin encontró una moneda en su bolsillo y se la tiro. La introdujo en la máquina y la música comenzó a sonar. Un momento...

- ¿Te ayudo a subir, Stevie?- Robin le preguntó burlona.

- La música- no podía creerlo- oh mierda, Dustin, la grabadora- este la sacó de su bolsillo y al reproducirse la canción las dos personas que seguían desconcertadas se dieron cuenta.

- La música ¡La música!- gritaba Dustin. La sonrisa de Robin se ensancho para luego disminuir poco a poco.

- Podría haber caballos así en Rusia- se escuchó desanimada.

- No lo creo- Steve señaló el cartel que decía Indiana- el mensaje no viene de Rusia, viene de aquí.

Mierda.

buenass, cómo andan???
Gracias por las 500 lecturas posta me hace re feliz 😭