El Rey De Los Cielos.

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Los días pasaban igual de tranquilos que siempre. Había un clima de porquería, porque la humedad lo volvía todo pegajoso y la lluvia demoraba bastante en cielo, pero a pesar de aquello la gente continuaba de buen humor.

El joven finalizó de sacar dinero de la caja, tendiéndoselo a la anciana frente a a el y por encima del mostrador, la cual lo tomo con cuidado.

----Tome Doro. Espero que tengas un muy buen día.

La señora sonríe mientras cuelga la bolsa de las compras en su muñeca.

---Muchas gracias cariño. Espero que tu también tengas un lindo día.---Respondió la anciana , y mientras se va de la tienda se cruza con un trabajador, el cual sostiene una enorme caja en sus brazos.---El es un caballero.--Le comento a el joven, refiriéndose al cajero antes de irse de la tienda, haciendo sonar una pequeña campanita.

El adolescente que cargaba la caja de giro hacia el chico en el mostrador, alzando y bajando las cejas.---Ella realmente te ama.---Dijo de manera coquetea, sonriendo de lado mientras caminaba al rincón del jugar dejando la caja en el suelo.

----Oh, Cállate. Podría ser tu abuela.

---Pero no lo es.---El adolescente nuevamente se endereza, estirándose un poquito antes de girar sobre sus talones y dirigirse al pequeño cuarto con más cajas para llevar. Dios, su espalda dolía.

El tocadiscos tenían una canción que le provocaba bailar y cantar, pero seria demasiado vergonzoso si su amigo o alguien regresaba, así que simplemente se dirigió a tomar el pequeño trapo y lo rocío con agua, comenzando a limpiar el mostrador mientras tarareaba la canción. Oyó la risa era su amigo desde el otro lado del cuarto, su rostro se volvió rojo pero aun así siguió cantando.
Pero sus cantos fueron interrumpidos debió al fuerte estallido de los vidrios de la tienda. El chico del mostrador se cubrió rápidamente, con su ropa y cabello lleno de pequeños cristales y con su pómulo un leve corte. Oyó la puerta de la tienda abrirse de manera brusca, por lo cual abrió sus ojos con lentitud, asomándose e intentando creer que se trataría de su amigo, o un típico asalto. Peor.

Yoongi tuvo la desgracia de recordar su rostro, cuando fue controlado por el mismismo Dios. Allí estaba, con vestimenta negra, ojos color sangre, mirada fría, un poco desesperada.

 Un arcángel, el arcángel. El Diablo

Este no lucia para nada cómo la primera vez que lo tuvo frente a si, incluso continuaba luciendo calmado, su mirada desquiciada, y sus ojos abiertos de par en par lo volvían mas temible. El rey del inframundo observo a su alrededor con lentitud, pero, de forma abrupta, volteo su cabeza en dirección al joven del mostrador, quien lucia sorprendido, asustado, e intentaba retroceder en su sitio. 

---Oh Dios.

Aquello pareció enfadar más al Diablo el cual, con un simple movimiento de mano arrojo de manera brusca al adolescente contra la pared. Se oyeron unos pasos mezclados con gemidos adoloridos y su amigo, el cual estaba un poco lastimado, salió del pequeño cuarto y observo la escena.

---¿Donde esta?---El Diablo hablo con autoridad  sin apartar la mirada del adolescente ejerciendo más fuerza al agarre contra la pared, volviéndolo más doloroso.

---N-no...no lo sé.

----....No tengo mucho tiempo, ni tampoco paciencia.

----¿Qué le haces? ---Su amigo alzó la voz al hombre frente a el, él cual le daba la espada. Tenia miedo, pero era su mejor amigo. No permitirá que nada le pasará.---Suéltalo.

----N-no se donde !AHHH¡---Sintió su brazo saliéndose de lugar, y no pude evitar gemir de dolor mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

---¿Que le haces? Te dije que lo suel-

Dancing with the Devil •Kookmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora