1955.
El infante de unos seis años de edad jugaba tranquilamente a perseguir las hojas que la brisa invernal se llevaba, pero se mantenía abundando aquél sitio ya que no tenía permiso de ir más lejos. No se encontraba en su hogar como para poder correr como usualmente lo hacía en su patio trasero fingiendo ser un avión a punto de aterrizar catastróficamente o correr fingiendo ser un avión por su gran comedor. No, al menos por un mes.
Todos los años, su familia y el pasaban la navidad en una cabaña que quedaban a las afueras del pueblo donde vivían. Esta la habían comprado sus tíos para que la familia pudiera reunirse en días festivos. Aquella era una absurda costumbre, por qué fingían llevarse extraordinario cuando estaba muy claro que lo único que los unía era la religión.
Mientras sus tres primos y hermana mayor estaban dentro de la cabaña, decorando unos dibujos que habían hecho para sus padres, el niño continuaba corriendo en la misma dirección que el viento y las hojas, acomodando uno de los tirantes negros que caían por uno de sus hombros. No quería a su madre regañandolo, diciéndole que no tendrían permitido volver a jugar por haber arruinado su ropa.
O peor: Podría perder la cadena con el crucifijo que le había regalado su tia en la anterior navidad. Ahí si podrían matarlo.
Sus pasos se detuvieron abruptamente ante un extraño sonido que provenía del enorme bosque, el cual se encontraba detrás de la cabaña, a unos centímetros de está. El pequeño Jimin observó a su alrededor, confundido mientras mordía su labio inferior con sus dientes delanteros, los cuales estaban separados por un pequeño centímetro.
¿Qué habia sido aquel sonido?
No comprendía pero, nuevamente, se había hecho presente: eran pisadas sobre las hojas que caían de los viejos y altos árboles.
Le pareció ver a alguien escondido detrás de uno de los troncos, provocando que frunciese el ceño de manera adorable.-¿Hola?-- Preguntó una voz curiosa---- ¿Hay alguien allí?
Luego de aquella pregunta no evito sobresaltarse un poco al notar como una pálida mano con extraños anillos de oro en sus dedos se hizo visible, apoyada sobre el tronco de uno de los árboles y visible para el pequeño.
Decidió armarse de valor formando puños con sus pequeñas manos, dando dos pasos exagerados hacia adelanté pero volviendo a retroceder de manera torpe al notar la mano de aquella persona escondida reafirmar el agarre sobre el tronco, como si hubieses sido sobresaltado.---- ¡No me estas asustando para nada!---- Intenta ser valiente a pesar de sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas----- !Ni un poquito , así bien chiquito, me asustas!--- Oh.
Se retracto de inmediato cuando aquella mano volvió a esconderse detrás del tronco. ¿Le había asustado? ¡Pobre mano!
El infante era una persona curiosa pero, mientras aferraba sus manos a su pecho oyendo los acelerados latidos de su corazón, no estaba verdaderamente seguro de avanzar o retroceder, ¿Que debería de hacer? Aquella era una situación que debería dejarlo en un interminable llanto, corriendo de vuelta a los brazos de su madre y explicándole todo lo que había ocurrido.
Sin embargo -y por algún motivo desconocido- sentía que estaba completamente acostumbrado a aquel tipo de situaciones.
----Lo siento, ¿Yo te asusté?---- Dio un pequeño paso al frente, sintiéndose feliz cuando la mano regreso a la posición en la que anteriormente se encontraba, pero solo un poco.--- Yo no quise . ¿Eres tímido? No te preocupes yo soy....bueno ---- Dijo en voz alta sonriente a pesar de sentir una cálida sensación subir desde su estómago hasta su pecho.
Miedo.
Por supuesto que lo tendría, y aun mas al no saber que su futuro era exactamente lo que se encontraba oculto detrás de aquel simple tronco.
Moridendo su labio inferior antes de aproximarse un poco mas, con inseguridad, pero antes de siquiera poder llegar a estar frente al arbol, sus padres comenzaron a exclamar su nombre desde la casa, a punto de ir a buscarlo. Su mirada se dirgio hacia la cabaña por un instante, volteando nuevamente hacia el bosque, y sintio que el aire quedó atorado en su pecho cuando una alta, oscura e indescifrable figura se asomaba por el bosque luciendo borrosa y terrorífica.
Corrió en dirección a sus padres como si no hubiese mañana, sin siquiera voltear, con sus mejillas empapadas en lagrimas y su rostro frio por la brisa que las secaba. Una vez estuvo dentro de aquella cálida y familiar sala, se sintió un poco mas a salvo, y no volvió a salir, creyendo que aquella cosa que había presenciado podría cazarlo y comérselo vivio.
Aunque, incluso en la protección de aquellas paredes bendecidas.... comenzaba a sentirse observado.
Demasiado.
Holi.
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Dancing with the Devil •Kookmin•
FantasyEs 1967 y Jimin esta harto de ser aquel chiquillo religioso al cual todos molestan. Ya cansado de Dios fingiendo no oírle, decide tomar otras riendas a escondidas; ¿Qué tan mal podría irle si recurriera al Diablo? ¿Que tan rápido le oiría esté? Era...