ᴇʀʀᴏʀ

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¿Que tal la merienda de debutantes? - Preguntó Susannah al ver que había llegado.

- Bastante bien. He hecho nuevas amigas. - Sonreí orgullosa de mi misma.

Había conocido a la novia de mi hermano, que se había convertido en muy buena amiga mía, era una chica genial, se le notaba que le gustaba la moda, tenía buen estilo.

Lo malo de las debutantes, era que Sarah también estaba ahí. Era insoportable, a nadie le caía bien.

Otro punto, había conocido un chico. Me pidió el número y se lo di. Habíamos quedado en ir a un autocine por la noche. Se llamaba Mark.

- Esta noche iré al autocine con Mark. - Comenté dejando las llaves en el cajón de la entrada.

- ¿Mark? - Preguntó Jeremiah con una sonrisa de burla.

- Un chico que he conocido hoy. Es majo. - Respondí amable.

- Está bien. - Contestó mi madre.

Fui directa a mi habitación, nada más llegar me estiré en la cama cansada.

Revisé los mensajes de mi móvil, era costumbre, no había nada.
Miré la hora, mi vista se desvió viendo la fecha.

¿1 de Julio?

El tiempo pasaba volando.

La idea de ver a mi padre no era la mejor. La verdad que este verano iba siendo el mejor de todos. Sin mí padre.

Con mi verdadera familia, que me quiere.

Sonreí.

Aquí en Cousins, era como mi segunda familia. Conrad, era uno de esos amigos en los que confías mucho, te apoyan. Steven, por fin estábamos bien, él estaba para mí.

Jeremiah...

El más especial era él.

- ¿Podemos hablar? - Interrumpió mis pensamientos, Jeremiah en el marco de mi puerta, de brazos cruzados. Asentí un poco nerviosa.

- ¿Sobre que? - Pregunté aún sabiendo el tema.

- Sobre ayer. Creo que ha sido un error, estoy saliendo con Sarah. - Dijo tan rápido que me costó de procesar.

Mi corazón estalló a pedazos.

Los ojos se sintieron húmedos en instantes. Sonreí falsamente.

- Me alegro por ti. - Mentí evitando llorar. - Bueno, ahora me iba a la piscina. - Dije ahora con voz entrecortada.

Jeremiah asintió inseguro. Cerró la puerta.

Cogí un cojín y me lo restregué por toda la cara, llorando desconsoladamente, como la última vez, todo era igual.

Me puse el bikini, después de unos minutos. Ya no tenía la cara roja.

Me encontré a Conrad en una tumbona.
Lo saludé triste. Me metí de una vez en la piscina.

Me acerqué al borde, acomodé mis brazos en él para apoyarme mejor. Estaba dolida. Miré a Conrad, estaba leyendo un libro. No podía más.
Agaché mi cabeza, tapando mi rostro con los brazos, soltando leves sollozos. Conrad pareció notarlo, se levantó al instante.

- Hey. - Musitó. - ¿Estás bien?

Sin pensarlo, salí de la piscina, corriendo a abrazar a Conrad. Acarició mi espalda, mostrando apoyo.
Yo solo sollozaba en su hombro.

Por suerte me tomé la pastilla antes de ir a la merienda, sino ahora mismo estaría en medio de un ataque.

- Conrad. - Respiré. - Creo que estoy enamorada. - Dije mirándolo, tenía un rostro preocupado.

- No tiene nada de malo. - Dijo llevándome a una tumbona. Se estiró en una conmigo, abrazándome. Me acariciaba el pelo.

Gracias Conrad.

- Él no lo está de mí. - Dije ahora recuperando el estado de antes, más relajada.

- Créeme que lo está. - Suspiró sonriendo. - Sólo tiene miedo, y de seguro tú también. - Continuó, como lo hizo con sus caricias hacia mi hombro, calmándome.

- ¿De que tiene miedo? - Pregunté insegura.

- De perderte. - Suspiró. - De perderte... - Repitió ahora en susurro.

- Nos besamos. - Di una pausa, recordando el beso de ayer. - Realmente me gustó, pero dice que fue un error.

- ¿Te besaste con mi hermano? - Reímos. - Es idiota. - Negó con la cabeza. - Sabe que no es verdad. - Suspiró. - ¿Quieres un consejo? - Asentí atenta.

— No esperes mucho porque será demasiado tarde. Tienes que hacerle saber que no tiene que tener miedo de perderte, porque siempre vas a estar para él.

Afterglow - Jeremiah FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora