Siempre Juntos ||Jujutsu Kaisen Gojo Satoru X Tu||

17

Pasaron los días, no había indicios de que tn logrará despertar, le habían dicho a Gojou que ella estaba en coma, este había estado serio, y algo más sensible que nunca, itadori seguía en shock, algo callado, sukuna sonreía y reía a veces, estaba complacido. De alguna manera lo estaba.

Megumin solo estaba sin creerlo, se negaba a creer tal cosa. Solo quería ver aquella linda y cálida sonrisa de la chica. Nobara al enterarse quiso entrar a la habitación donde estaba, amenazando con levantarla a golpes, se había puesto algo agresiva por la negación.

Solamente no creían eso. Ninguno, espero que aquella chica que había ganado un espacio especial en sus corazones estuviera postrada en una cama sin despertar.

✾𖥑Con tn𖥑✾

Llorando sin cesar, me había dado cuenta de la realidad, mi nombre no era t/n t/a. Era Alexandra Castillo. Era la hija mayor de una familia prestigiosa, vivía en una gran casa, hubo un tipo que no conocí, hasta que mi madre me dijo que el era mi prometido. Llamado Sebastián González. No podría creerlo, el lloraba de felicidad y me abrazo. Decía mi nombre, una y otra y otra vez.

No entendía mucho de ello, el me dió un beso en la frente y acaricio mis mejillas. No sentía esa calidez que me agradaba... Solo sentía sus frías manos... No era lo mismo que con satoru...

En las noches trataba de ver al cielo, rogando que esto solo fuera un sueño. Golpeaba mi cabeza tratando de despertar, inclusive trataba de hacer atrocidades a si misma. No podía, su familia solo la tranquilizaba. No quería seguir así.

── Satoru... Te necesito...

La fémina murmuró esas palabras por lo bajo, agarraba su cabeza en la oscuridad de aquella habitacion... Sollozos leves soltaba... Dolida en el alma... Falta del calor de su amado... Lo necesitaba y solamente... No podía tenerlo.... El dolor fisico no era opción, su familia la vigilaba constantemente, de un momento a otro tuvo una idea algo macabra... Solo mordió su labio con impotencia...

Lentamente se levantó de su cama, y camino a la puerta para tocar la perilla, tan fría, pero reconfortante al mismo tiempo... Sabía que si abría y cruzaba aquella puerta no volvería a entrar soltó un suspiro más relajado y abrió la puerta empezando a correr por los extensos pasillos hasta salir por la puerta principal.

Su hermano la vio, y llamo a sus padres. Alarmados empezaron a perseguirla, no podían perderla de vista, sabían que ella podría atentar contra su propia vida, aún así, querían detenerla a toda costa.

Más no se esperaron ver a la fémina entrar a un callejón, al entrar con ella, estos la buscaron con la mirada.

──¿Hija?, ¿¡Dónde estás!?. ──Decia su madre alterada y agitada, al correr tanto────.

── ¡Alexandra!

── hermana?...

Gritaban de distintas maneras, el padre enojado, el hermano nervioso, y la madre alterada, nada más que eso. Eran por ella.

La habían perdido al llegar al fin y al cabo, la chica seguía corriendo hasta llegar a un bosque, no se había dado cuenta como o cuando había salido de la ciudad, trataba de hacer fuego en sus manos, no podía, trataba de hacer que aparecieran las marcas de sus muñecas, no podía, era tanta presión, que solamente podría tratar de no llorar.