Bestia. (Volkacio AU) [Omegaverse]

Capítulo 1

Salí corriendo en la noche oscura y fría.

- ¡Corre cobarde! ¡Decepción!

- ¡Andrés que es nuestro hijo!

- ¡Tú cállate! Un omega que no quiera cachorros es una aberración de la naturaleza.

Corrí hasta llegar hasta el campo de entreno, todo mi alrededor olía a mis feromonas, el olor a coco esparciendo por el entorno.

Cuando supe que me pude esconder, me puse detrás del árbol tratando de no hacer ruido. Se escuchaban pasos.

Era tontería. Ya que obviamente me podían olfatear desde bastante lejos. Involuntariamente mis feromonas se habían esparcido por todo el campo. Oliendo más fuerte por los nervios y miedo que sentía.

- Horacio... - Cantó un alfa que iba al entrene conmigo, me congelé. No debería de estar aquí.

- Está aquí - Dijo uno y aparecieron de la nada, cogiéndome por la camiseta, cerré los ojos para recibir el impacto.

- ¿No quieres tener mis cachorritos? No eres más que un cuerpo que elijo yo para traerme a mis hijos. Inútil. - Me dijo mientras los tres alfas a mi alrededor comenzaron a desprender feromenas mezclando todos los olores haciendo que me empezará a agobiar.

- Parad, porfavor parad. - Les dije suplicando con los ojos cerrados.

- ¡Eh! ¿Qué hacéis? - Otra voz interrumpió la pelea. Sentí como los olores iban disminuyendo poco a poco mientras un olor a menta invadió mi olfato. Relajándome al instante. Haciendo que abra los ojos.

Miré al alfa mientras los demás se apartaban.

- Gus.. Gustabo.. - Le dijo el alfa pelinegro al rubio.

- Fuera. Todos. - Les dijo haciendo que se fueran sin pelea ninguna. Me quedé mirándolo. ¿Se suponía que ese era el que quería mi padre que me juntara con el y tener sus cachorros?

- Tu debes de ser Horacio...

Le miré con lágrimas en los ojos mientras feromonas comenzaron a escapar involuntariamente rodeándonos de olor dulce a coco.

- ¿Cuántos años tienes? - Me preguntó sentándose a mi lado poniendo su brazo alrededor de mi de manera protectora.

- S.. Seis.. - Le susurré sollozando escondiéndome en su pecho mientras el coco empezó a mezclarse con la menta.

- Tranquilo pequeño. Yo te voy a proteger. Te voy a hacer fuerte.

( × )

Me quejé cayéndome al suelo del puñetazo recibido.

- Hijo de puta. - Le dije sujetándome la mejilla.

- Vale pero no quiero oler el puto coco Horacio. Canaliza ese enfado. Contrólate.

- Es difícil Gustabo si me tiras al suelo constantemente.

- Deja de llorar ya. - Me dijo dándome una patada en el suelo. No hizo el mismo daño que las otras veces. Me quejé dándome la vuelta para dejar de encararlo.