Las apuestas suelen ser divertidas cuando no llegan a subir a otro nivel.
Y es que a la gente le gusta apostar muy tontamente, y la mayoría de las veces lo hacen sin pensar en las consecuencias que traen consigo esas apuestas.
Eddie Munson se había dado cuenta de ello muy tarde.
Las vacaciones habían terminado y las clases habían vuelto. Muy a su pesar los chicos regresaban a la escuela tratando de tomar el lado positivo de ésto.
—Despierta Eddie, debes llegar temprano. —habló Wayne (si, voy a cambiar el nombre en los capítulos anteriores) desde el otro lado de la puerta.
El rizado despegó la cara de su almohada haciendo un esfuerzo sobrehumano por tratar de abrir los ojos.
—¿Podríamos posponerlo para después de mi muerte? —arrastró las palabras al no estar completamente despierto.
—¿Qué has dicho?
No pudo escucharlo muy bien por la puerta que los dividía.
—Dije que ya voy. —habló un poco más alto para que el adulto pudiese escucharlo.
—Está bien, te espero con el desayuno.
Los pasos del hombre se alejaron.
Munson dió media vuelta en el colchón y su rostro quedó dando a la ventana.
—Agh, maldita sea. —En seguida se tapó la cara con las manos, los fuertes rayos del sol estaban dando justo en ella.
Con pesadez se colocó de pie y miró su imagen frente al espejo. Tenía su aspecto hecho un desastre.
“Una ducha bastará”.
Entró a la regadera y enseguida abrió ésta sintiendo el agua tan relajante caer por su desnudo cuerpo, comenzaba a creer que estar bajo la regadera era su segundo lugar favorito, claro, el primero tenía que ser el lago, ese lago que se había vuelto una zona de confort cuando pasaba tiempo con...
Se golpeó mentalmente por volver a recordarlo. Era muy difícil no pensar en él.
Es como cuando tratabas de no pensar en algo y tu mente siempre terminaba pensando en eso.
—Traidora. —dijo refiriéndose a su mente.
Al salir del baño se alistó como normalmente lo hacía; jeans ajustados, sus lindas y confiables converse blancas, una camiseta de una banda cualquiera (ese día lo acompañaría una de “Mötley Crüe”) , sus preciados anillos y con mucha delicadeza y sumo cuidado, cepilló su rizado cabello con un peine especial y su secadora de pelo.
—¿Estás listo pequeño? —con una falsa molestia asintió.
Eddie no tenía ganas de regresar al colegio, eso nunca en realidad, pero había prometido a su tío que éste año sería suyo y por fin terminaría la preparatoria.
Y lo único bueno de tener que volver era que Harrington no estaba allí, él había acabado su preparatoria a tiempo y muy para su supuesta suerte, no tenía que verlo todos los días.
Munson salió de su casa y comenzó su día muy bien, de hecho, muy bien para ser un día común en su vida.
Algo le decía que no se confiara.
—Eddie, ¿hoy no habrá juego?
Estaban a la salida del instituto, las clases terminaron y los chicos ya volvían a sus hogares.
—Seguro que si viejo. —desordenó con su mano el cabello de Dustin. —Avisa a los tontos de tus amigos que la reunión será a las ocho.
—Claro hermano. —A punto de subir a su bicicleta para poder irse, Dustin decidió decirle algo más. —Por cierto Eddie, lamento lo que ocurrió en el río la última vez.
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Verano Del 84 || Steddie
FanfictionEn el caluroso y aburrido verano del 84, surge en el pequeño pueblo de Hawkins una amistad muy singular entre dos adolescentes que cambiará completamente su vida. Iniciada: 26-Junio-2022 Terminada: #17- Steddie