Estamos en esto juntos

Descubrimientos en un nuevo hogar

Dobby estaba tan feliz como podía estarlo un elfo doméstico. Tenía un nuevo maestro, el Gran Harry Potter, y un nuevo hogar. Pero lo que hizo que esto fuera aún mejor fue que la nueva casa no se había limpiado en 15 años. El polvo cubría todo, el baño necesitaba ser fregado a fondo, la ropa de cama debía lavarse y el refrigerador tenía algunas cosas que incluso podrían estar vivas. Dobby sabía que su maestro era un gran mago, pero no tenía idea de que elegiría un lugar tan maravilloso para vivir.

Harry, por otro lado, estaba de un humor agridulce. Todo aquí había pertenecido a su madre hace tanto tiempo. La mujer que lo había dado a luz, lo amó y luego murió por él. No la recordaba y sabía muy poco de ella. Lentamente recorrió el apartamento, examinando todo de cerca. Había tanto que asimilar. Encontró un estéreo con un tocadiscos en la sala de estar y hojeó su colección, bandas y álbumes de los que apenas había oído hablar. Los Dursley no eran el tipo de familia que escuchaba música, como uno podría imaginar. Reconoció una banda llamada Fleetwood Mac y encontró un álbum con una portada de color verde pálido y una foto de dos niños en él. El título, Future Games, parecía auspicioso.

Mientras la música cobraba vida, Harry comenzó a mirar alrededor del resto del apartamento. Le dijo a Dobby que se asegurara de consultar con él antes de deshacerse de algo. Un dormitorio estaba escasamente decorado, con poco más que una cama, una mesa de noche y una cómoda vacía. El otro dormitorio claramente había sido el que había usado su madre. Había un pequeño escritorio en una esquina con algunos papeles esparcidos por encima. Abrió un cajón y encontró varios cuadernos. Abrió uno y vio lo que parecía ser una combinación de diario y cuaderno, con notas escolares de sus años en Hogwarts. Harry los organizó rápidamente por año, dejándolos a un lado para leerlos más tarde. Su letra había sido bastante hermosa, haciendo que Harry se sintiera un poco avergonzado de su propio guión descuidado. Por supuesto, acostumbrarse a la pluma y la tinta había sido una transición difícil, pero aún sentía que debía mejorar.

De repente, un escalofrío lo atravesó. Su madre se había sentado aquí, hace años. Ella había escrito en este escritorio. Sus padres habían muerto y estableció este lugar como su hogar después de su sexto año en Hogwarts. ¿Había estado ya enamorada de su padre? ¿Tenía muchos amigos? Ella se habría estado preparando para sus EXTASIS entonces, ¿qué clases estudió hasta ahora? Tantas preguntas que hacer, ¿y qué sabía él realmente de ella? Su nombre. Cómo se veían sus ojos. Que su hermana mayor era una perra completamente horrible. Y que ella había muerto, su sacrificio lo salvó de alguna manera según Dumbledore.

Harry se derrumbó en el suelo y lloró. Había aprendido hacía muchos años que la vida no era justa. Pero algo en este lugar dejaba en claro cuán cruel era realmente el mundo. Esta ni siquiera era la casa de sus padres, aparentemente nunca había venido aquí. Debe haber muchas más pertenencias de sus padres en la casa donde vivía. La familia de su padre, con lo antigua que era, debería haberle dejado todo tipo de cosas. Fotos, libros, historia. Todas las cosas que un niño debería tener de su familia, y todo eso le había sido negado. En cambio, fue dejado de lado, olvidado.

Incluso volviendo a su mundo, todos estos magos y brujas simplemente le dijeron cuánto se parecía a su padre, solo que con los ojos de su madre. Hagrid le había dado un álbum de fotos, lo cual era bueno en cierto modo. Pero sobre todo lo había hecho más doloroso para él. Las fotos de sus padres bien podrían haber sido extrañas con lo poco que sabía de ellos. Todo salió de él hasta que sus sollozos finalmente se detuvieron. Se sintió vacío pero también limpio. Hacía años que no se permitía llorar. Hacía mucho tiempo que había decidido no dejar que los Dursley obtuvieran esa reacción de él. Sin embargo, esto había sido catártico. Ni siquiera había tomado tanto tiempo, el disco todavía estaba sonando.