Estamos en esto juntos

Ramificaciones de los pecados, viejos y nuevos

Horace Slughorn había sido llamado muchas cosas a lo largo de su vida. Vano. egoísta. Perezoso. Manipulativo. Arrogante. Pero incluso aquellos más inclinados a hablar mal de él nunca habrían pensado en él como un polémico.

Eso hizo que fuera aún más sorprendente que estuviera caminando tan rápido como lo había hecho en años en el camino para localizar a Albus Dumbledore antes de que su antiguo colega pudiera escapar a su oficina. Los estudiantes acababan de tomar el tren que los llevaría cuando el año había terminado, pero Old Sluggy sentía que este iba a ser el verano más estresante desde la muerte de Lily Potter. Estaba considerando seriamente esconderse en la escuela hasta que llegara septiembre.

Pero hoy, tenía una misión.

Lily había sido una de sus alumnas favoritas de todos los tiempos, y era algo más que el hecho de que ella le recordaba a su amor perdido hace mucho tiempo. Fue impulsada de esa manera que solo los jóvenes pueden ser: cambiar el mundo, hacerlo un lugar mejor, antes de que la edad y el cinismo trajeran el dolor de la sabiduría. Se pensaba que su hijo era algo así como un milagro, y el año pasado Horace comenzó a creer que tal vez había algo en eso. Harry Potter era más que una cicatriz en su frente. Tenía un tipo diferente de impulso y un poder mágico floreciente del tipo que se ve a lo sumo una vez en una generación. Mientras que Tom Riddle tenía algo similar, aunque más voluntad de controlar a los demás, Harry estaba más enfocado en luchar para mantenerse con vida, y eso fue desgarrador. Ningún adolescente debería tener que luchar por sobrevivir,

Que se hubiera dejado demasiado peso sobre los hombros de Harry Potter era vergonzoso. Fue aún peor para Horace, ya que había enseñado a muchos de los Mortífagos ahora revelados, la mayoría de las veces viniendo de su propia casa, y en las últimas décadas, había estado en buenos términos con Millicent Bagnold, ya que su carrera había florecido antes. convirtiéndose en el Ministro de Magia. Ahora estaba claro que ella debe haber sido mucho más corrupta que incluso la mayoría de los políticos una vez que se reveló el número de Mortífagos en la Copa Mundial de Quidditch.

Horace siempre asumió que algunos de los que decían haber estado bajo el Imperio habían mentido, pero ver la cruda verdad seguía siendo impactante.

Los fracasos del pasado habían dejado este desastre ahora, y era hora de que Slughorn hiciera algo para ayudar a limpiarlo. Los ancianos como él y Dumbledore deberían haber sido la primera línea de defensa, pero él se había retirado cómodamente y, aunque Albus no lo había hecho, parecía que el director claramente tampoco había hecho lo suficiente. Fue vergonzoso descubrir que Harry tenía que lidiar con lo que Horace ahora sabía que había enfrentado en la Cámara de los Secretos.

No se había sentido tan avergonzado en mucho tiempo. Era hora de enmendar uno de sus pecados más antiguos.

"¡Albus! Necesito hablar contigo." Finalmente había llegado al director, justo al final del pasillo de su oficina.

"¿Qué puedo hacer por ti, Horacio?"

Querremos hacer esto en privado.

"Muy bien. ¿Entonces a mi oficina?"

"Sí."

"¿Estás bien, Horace? Te ves sin aliento".

"¿Por qué crees que tengo mis propios aposentos mucho más cerca de mi salón de clases? Soy demasiado viejo para estar corriendo por todo el castillo".

"Eres más joven que yo", respondió Dumbledore con una sonrisa.

"Yo también soy más sensato, claramente ".

"Claramente", el director estuvo de acuerdo con una risita.

Caminaron juntos por unos momentos y luego subieron las escaleras hasta la oficina de Dumbledore. Slughorn se derrumbó en la silla más cercana casi de inmediato.