—¡Jajajajaja! —se burló Huggy con lo que había dicho Poppy.
—¡Oye! ¿¡De qué te ríes!? ¡Esto es un caso serio, no estoy bromeando! —se defendió Poppy.
—¡Oh, jojojojo...! —comenzó a calmarse—. ¡Es que! Ya me imagino a una muñeca viva andando por la ciudad y asustando a todo el mundo. Aun que, ahora que lo pienso... —se detuvo para pensar—. Hmmm, ¡no! Lamento decirte que es imposible escapar de aquí.
—Primero, ¡lo de asustar al mundo no va a pasar! Segundo, ¿por qué dices qué es imposible escapar de aquí?
—Niña, hay muchas trampas puestas aquí. Digo, ponen en riesgo tu vida, no entres en juego en ello.
—¡Pero tú serás una especie de... protector! —lo último lo había dicho con un poco de nervios.
—¿Protector? No. Muñeca, no quiero exponer este hermoso pelaje de color azul y prefiero mil veces estar ileso y quedarme aquí. Claro, es por costumbre.
La ira de Poppy se hacía cada vez más notoria, no podía creer que Huggy Wuggy le importaba más su apariencia que ayudarla. De hecho, Poppy conocía más el lugar que Huggy, por lo que esta solo lo tomaba como excusas de no querer ayudarla.
La pequeña muñeca solo hizo un gruñido algo notorio, en consecuencia de que Huggy Wuggy se enfadara un poco. No tenía la culpa de que estuvieran atrapados en esa fábrica todo gris, pero sí traía malas vibras y debían zafarse de ellas.
—¿¡Es que no lo entiendes Huggy Wuggy!? ¡Necesito escapar de este lugar porque no tenemos nada mejor que hacer que estar quietos como idiotas! ¿¡Acaso te agrada esa sensación!? —argumentó Poppy de manera muy enojada.
—Niña, no es que me agrade, simplemente llevo años aquí y ya estoy acostumbrado a mi nueva vida. Se que no es tan divertida, ¡pero es lo que hay! —dijo Huggy de una manera satisfecha.
—¿¡Vida!? ¡Idiota, esto no es vida, allá fuera te estás perdiendo una gran oportunidad de conocer nuevas personas, trabajo, dinero, una casa propia, viajar por el mundo! ¿¡Pero esto!? ¡Solo vivímos en una chatarra sin funcionar ni abrir desde hace muchos años! Y si fuera así, ¡aún tendría las ganas de escapar! —replicó Poppy ya harta de la actitud de Huggy Wuggy.
—¿Sabes qué? Me estás jodiendo demasiado. Vete, no cuentes conmigo, mi respuesta sigue siendo no. Si quieres escapar, pídele ayuda al tipo que viene en camino o algún juguete que esté poseído, pero yo me quedaré aquí —con esto dicho Huggy se levantó y caminó el pasillo por donde había salido, para luego volver a entrar a la oscura habitación o sala.
Un silencio invadió de nuevo el lugar. Esto sería más difícil de lo que creía Poppy.
***
Unas puertas intentaban abrirse, pero era imposible. Aquella sala que contenía el generador de electricidad estaba activa, dando la teoría de que alguien estaba ahí.
Y sí, sí había alguien adentro, y era el mismo ex empleado que mencionó Huggy Wuggy hacia Poppy.
Vestía de una perchera azul marino con dos botones amarillos, una polera de mangas largas del mismo color que los botones, zapatos de color negro y una gorra amarilla con una letra "p" de color rojo en el centro. Al parecer, se había ilusionado de que la fábrica retornó la nueva bienvenida hacia el público, y que el mensaje se transmitió a través de una carta que había recibído ayer.
Pero solo fue un engaño por parte de alguien o una criatura misteriosa que estaba habitando en este lugar, y quién sabía el tiempo desde que estaba instalado ahí.
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¡ᴇsᴄᴀᴘᴇᴍᴏs! [Huggy Wuggy x Poppy]
FanfictionLa hija de Elliot Ludwig, fundador de la fábrica de juguetes Playtime Co. está atrapada en la muñeca Poppy desde el año 1960, gracias a los experimentos de su padre. Años más tarde, con los éxitos de las ventas de los posteriores juguetes creados c...