¡ᴇsᴄᴀᴘᴇᴍᴏs! [Huggy Wuggy x Poppy]

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Habían llegado a su próxima parada: la oficina de Elliot Ludwig. La puerta era de un color rojizo, y, arriba de este, se encontraba un letrero de color dorado perforado en la pared con el nombre de "Elliot Ludwig", quien era exactamente el padre de Érica, o mejor dicho, de Poppy.

—Elliot Ludwig... —leyó Huggy Wuggy en voz alta—. Hmmmm... me suena conocido el nombre, pero no me acuerdo exactamente quién era. ¿Tú lo conoces? O mejor dicho, ¿lo conocías? —dirigió su mirada hacia Poppy mientras le hacía las preguntas en un tono de duda.

Poppy volvió con su mirada perdida, sus ojos solo miraban el suelo, con una mirada que representaban melancolía. El hecho de tener que escuchar el nombre de lo que era su padre solo le hacía recordar en cómo había acabado con su vida.

No quería dar muchas explicaciones, aún no se sentía preparada de decirle que él era su padre, y no sentía la necesidad de que lo supiera alguien más. Se incorporó en su anterior postura nuevamente, con el fin de evitar sospechas por parte de Huggy. Tomó un poco de aire y habló.

—Sí, lo conozco, pero muy pocas veces habíamos hablado, por lo que no tengo mucha información sobre él. Lo siento —se disculpó un poco.

El contrario solo asintió, dando a entender que lo había comprendido, y a su vez, creído.

—Vale, pequeña, no te preocupes, lo dejaremos como una persona "X" sin resolver —dijo Huggy en un tono ansioso en responder esa duda.

—Poppy solo dio un suspiro dando a entender que no le tenía mucho interés al tema, solo quería terminar esto rápidamente—. Huggy, ¿podrías insertar la llave en esa puerta? Necesito que veas algo en la oficina.

—De acuerdo, ¿es algo que nos ayudará en tu escape?

—Este... algo así. Solo abre la puerta y te lo explicaré.

Huggy solo asintió e insertó la llave en la cerradura de la puerta de la oficina. Solo bastó un movimiento hacia la derecha y la puerta se abrió casi automáticamente.

No había mucho que sorprenderse en ese lugar, solo era una pequeña oficina con una mesa donde habían varios documentos, algunos sillones de un color rojo café, una alfombra blanca con manchas de color rojo debajo de la mesa, una estantería con varios libros, dibujos de los niños huérfanos pegados en casi todas las partes de las paredes y un reproductor de VHS con una televisión en una estantería. Sin duda, era casi muy similar a las oficinas de trabajo.

Huggy y Poppy entraron. Huggy se había sorprendido más por los dibujos de él mismo, pero para Poppy no fue lo suficientemente sorprendente. Cada cosa que tenía que ver con su padre lo detestaba, incluso le llegaba a tener mucho o demasiado asco.

—¡Oh, por todos los juguetes de esta fábrica! ¿¡Esos dibujos míos fueron hechos por mis queridos niños!? —dijo Huggy atónito y muy emocionado.

—Oye, ¿te vas a sorprender por todo si hay algo sobre tí? ¡Ni que fueras a salir en este mismo momento en la televisión! —dijo Poppy un poco fastidiada.

—¡Pero admítelo, Poppy! Soy adorable, hermoso, ¡y muy amistoso! ¡Es obvio que todos me querían y hacían cosas relacionados conmigo! —dijo Huggy Wuggy con mucho orgullo en sí mismo.

—Poppy solo dió un suspiro de fastidio mientras se acercaba hacia la mesa y tomaba una hoja con algo escrito en ello—. Supongo que tienes razón, tú fuiste el más popular de toda esta fábrica, incluso llegaste a salir en casi todas las propagandas de los comerciales de Playtime Co. Así que creo que te mereces algunos aplausos —comenzó aplaudir de una forma sarcástica para luego terminar y devolver su mirada hacia el papel.