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El suave mecer del carruaje era el perfecto arrullo para Jeonghan quien intentaba a toda costa mantenerse despierto. Les habían advertido que ese camino, a pesar de ser el más corto, era también el más peligroso. Pero la urgencia de regresar a su reino era tal que decidieron tomar el riesgo.

El carruaje paró abruptamente haciéndolo volver completamente a sus sentidos. Jisoo a su costado se puso en acción de inmediato sacando de su cinturón un corta espada.

"Iré a revisar que todo esté bien, su majestad"

Jeonghan intentó ponerse de pie pero fue interrumpido.

"Por favor, sólo deje que confirme que es seguro" la mirada suplicante de su consejero lo hizo detenerse. Por lo regular era más terco, pero tenía una debilidad por Jisoo.

Vio con preocupación como desaparecía en la oscuridad.

Dentro del carruaje solo se escuchaban murmullos lejanos y tranquilos. Habían decidido viajar en caravana tratando de evitar ser presa fácil. Pero ninguno de ellos conocía el camino, ni sabían a lo que se exponían.

Viajaban con doce escoltas a los que Jeonghan había pedido que se deshicieran de sus uniformes para disfrazarse de comerciantes, en un intento de confundir que los enemigos. A pesar de ser un grupo grande, no tenía la certeza de poder resistir a los ataques de los bárbaros.

"Su majestad" Jisoo volvió agitado al carruaje, "son demasiados, han cedido algunas de las riquezas pero insisten en revisar coche por coche" dijo mientras aseguraba la puerta detrás de él.

Inmediatamente después comenzó a despojarse de sus ropas. "Necesito ponerlo a salvo, si se dan cuenta de que el príncipe de Serenity está viajando por sus tierras..." se detuvo antes de terminar la frase.

Terminó de desvestirse incitando a Jeonghan a hacer lo mismo.

"¿Qué tienes planeado?, ¿Qué piensas hacer?" Dijo el príncipe renuente a seguir un plan que no conocía.

Jisoo lo dejó con sólo su bata interior que rasgó un poco en el cuello y mangas con ayuda de su espada, sonrojándose un poco ante la lechosa piel expuesta. Jeonghan no pudo evitar notarlo.

"Si se dan cuenta de que viene el príncipe de Serenity en la caravana, no estarán en paz hasta que consigan llevárselo" dijo Jisoo mientras se ponía las prendas de Jeonghan.

"No voy a dejar que actúes como señuelo, me encargaré de ellos" contestó el príncipe al darse cuenta de la situación.

"Son más de los que pensamos, nuestras fuerzas no serán suficientes"

"Los afrontaré, habrá una forma de negociar..."

"Jeonghan" dijo Jisoo olvidándose de su título, "son peligrosos, no les importará ninguna de las palabras que les digas" el semblante de su subordinado le hizo saber lo delicado de la situación. "Déjame mantenerte a salvo"

Jisoo aprovechó el aturdimiento de Jeonghan ante la noticia para jalarlo debajo del carruaje.

Jeonghan seguía desconcertado ante las palabras de su consejero tratando de encontrar una mejor manera de zafarse del peligro.

De pronto se escuchó un golpe seguido de cristales rotos, los bárbaros se estaban acercando, haciendo que creciera su frustración. La adrenalina del momento no lo dejaba pensar con claridad.

Usualmente no era así, por más peligrosa que fuera la situación lograba pensar una rápida solución, pero el pensar que Jisoo estaba en peligro le nublaba el buen juicio.

Mientras que para Jisoo resultaba  ser todo lo contrario. Sabía la fama que tenía Jeonghan en otros reinos, como a pesar de ser un gran estratega y excelente en batalla sus habilidades se veían desplazadas por su belleza. Kilómetros a la redonda se sabía que príncipe de Serenity era más bello que cualquier doncella, con lo cuál estaba de acuerdo, pero desagradables rumores aseguraban que era su físico lo que le había conseguido ganar batallas, que aprovechaba su atractivo para seducir a los enemigos logrando salirse con la suya con un batir de pestañas.

Príncipe CaptivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora