Mingyu repasó nuevamente el itinerario, asegurándose de que la ruta planeada fuera la menos arriesgada. Llevaba consigo a sus mejores hombres, buenas raciones de comida y suficientes sirvientes para un viaje cómodo. No les llevaría más de tres días cruzar la frontera, y una vez en Serenity, podrían descansar en un pueblo mientras su ahora rey solicitaba ayuda.
Era su primera vez visitando las tierras del norte. Ansiaba ver los paisajes, conocer los pueblos y, sobre todo, establecer relaciones comerciales y de camaradería entre las dos naciones.
"Parece que están listos", advirtió Wonwoo sobre la presencia de Jeonghan y su consejero que se acercaban a la comitiva.
Mingyu se repetía una y otra vez que la belleza del rubio no era para tanto. Creía haberlo admirado lo suficiente como para ya no verse afectado por su atractivo físico, pero pensar en ello era más fácil que realmente hacerlo. No pudo apartar los ojos de él desde que salió del castillo. Quizás era ese aire de autoridad que emanaba al estar en igualdad de condiciones, o tal vez verlo al aire libre bajo la plena luz del día lo hacía lucir tan majestuoso.
Notó cómo el resto de los guardias también lo observaban, permitiéndole montar a caballo hasta encontrar uno que le gustara. Mingyu avanzó unos pasos hacia su dirección, y Jeonghan hizo lo mismo, acercándose a él.
A medida que se acercaba, pudo examinarlo detenidamente. Vestía un traje de montura, su cabello estaba recogido en la parte superior de su cabeza, brillando con un tono dorado pálido bajo el sol. Sus ojos ámbar resplandecían cuando la luz los iluminaba.
No pudo evitar acomodar unos cuantos mechones de cabello detrás de su oreja. El rubio se ruborizó, mirando incómodo a su alrededor. Sin darse cuenta, una sonrisa se dibujó en el rostro de Mingyu.
"¿Dormiste bien?" preguntó, tomando su rostro entre sus manos para mirarlo a los ojos.
Jeonghan asintió, sus ojos redondos y sus labios entreabiertos demostraban su sorpresa. Mingyu luchó contra las ganas de besarlo en ese mismo instante.
"Parece que la comitiva preparada no cumple con los requisitos para el viaje", intervino el consejero, interrumpiendo el momento.
Jeonghan tiró del brazo de Mingyu para liberarse. A regañadientes, Mingyu cedió.
"¿A qué te refieres? ¿Crees que necesitamos más protección?" preguntó.
"No, al contrario. Cualquiera sabría que alguien importante viaja en una caravana con tanta seguridad. Eso podría atraer ataques", respondió el consejero, moviéndose lentamente hasta separarlos.
"Fue por llevar una caravana como esta que nos atacaron", afirmó Jeonghan.
"¿Qué proponen entonces?" se unió Wonwoo a la discusión.
Jeonghan tomó el brazo de Mingyu y lo llevó a un lado del camino.
"Será mejor si piensan que no vamos juntos", susurró, refiriéndose a los soldados que seguían atentos a lo que ocurría.
"No saben quién eres, ni que estamos casados".
El pecho de Mingyu se infló de orgullo al recordarlo. Aprovechó la oportunidad para acercarse un poco más, alegando tener una conversación privada.
"Para ellos, soy el esclavo rebelde o el fantasma en tu habitación", le sonrió.
Mingyu lo observó fascinado, pues era la primera vez que le dedicaba un gesto tan genuino. Lo abrazó con entusiasmo rodeándolo por la cintura, mientras Jeonghan colocaba sus manos sobre su pecho, buscando algo de espacio pero sin alejarse del todo.
"dejemos que piensen que no soy importante. Tomaré el carro con los víveres y nos dirigiremos en otra dirección. Podemos encontrarnos de nuevo en la bifurcación del río".

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Príncipe Captivo
FanfictionJeonghan tiene que hacerse pasar por esclavo para sobrevivir hasta que cae en manos del príncipe de Quartz. Capri Gyuhan Au