Los días posteriores a su encierro en la habitación del rey fueron un tanto más interesantes, aunque no lo admitiría frente a Mingyu.
En lugar de las frías paredes de piedra y la oscuridad de su antigua prisión ahora tenía un enorme ventanal que le mostraba parte de la dinámica del castillo, aunque nada de lo que había notado hasta el momento le era de mucha ayuda.
Había días en los que los guardias escaseaban dejando sólo a un par en la entrada. En ocasiones llegaban carruajes llenos de esclavos que se unían a la servidumbre o a la seguridad del castillo.
Cada vez había menos gente apoyando en las labores, la gran mayoría mujeres, pero afortunadamente Jun seguía a cargo de la cocina y de llevarle sus alimentos. Durante ese par de semanas le había hecho saber que estaban cortos de personal, que todos los hombres, a excepción de él, habían sido reclutados contra su voluntad para unirse a la milicia de Quartz.
Jeonghan no sabía si estaban siendo atacados o era mera preparación, pero esas medidas extremas solo podían significar que se enfrentaban a algo grande, Carat.
"Sigues ahí, la gente empieza a pensar que eres una estatua" dijo Mingyu en cuanto entró a la habitación.
"Si hubiera algo más interesante que hacer dejaría de ver por la ventana" en un par de pasos el rey se acercó a él.
Jeonghan dio medio paso hacia atrás por precaución.
"Sabes muy bien cómo podríamos estar pasando el tiempo..." contestó tomando entre sus dedos el listón de su bata.
Jeonghan volteó los ojos haciendo claro su hastío.
Después de dejar de fingir ser su esclavo se dio cuenta de que Mingyu no era tan aterrorizante como lo creía. Si, tenía un ejercito a su mando, poder político y superioridad física pero, no era tan irracional la mayoría del tiempo. En ocasiones le parecía que era más como un niño caprichoso y un tanto posesivo.
Aún no estaba muy seguro de por qué lo mantenía encerrado en su habitación sin hacer nada. Algunas noches pedía cenar junto con él en sus aposentos en donde comían con un incómodo silencio de por medio, luego pasaba largas horas observándolo mientras su mente parecía ir desenmarañando uno a uno sus dilemas para, finalmente, volverlos a envolver una misma madeja más difícil de liberar.
Jeonghan sentía conmiseración por él. Definitivamente algo muy grande estaba pasando en su reino, a su corta edad y, posiblemente sin ningún guía, le era difícil tomar decisiones. Pero no le era posible preguntar ¿Sería su ayuda valorada?
Los mismos pensamientos lo siguieron hasta la hora de ir a dormir. Terminó de vestir su camisón antes de sentarse sobre cama mientras Mingyu paseaba de un lado a otro preparándose para descansar sin la presencia de algún sirviente.
Se acercó al costado del lecho perteneciente a Jeonghan, el rubio se recostó sobre las almohadas alzando ambas manos por encima de su cabeza luchando contra las ganas de borrar de una bofetada la sonrisa de satisfacción del rostro de Mingyu.
El rey se inclinó sobre él acariciando con suavidad la longitud de sus brazos antes de atar sus muñecas al grillete instalado en la cama. Una medida de prevención que había tomado después de su intento de escape.
Se incorporó observándolo como un artista a su obra, su sonrisa se ensanchó.
Jeonghan trató de ignorarlo cerrando los ojos para intentar descansar. La cama se hundió a su lado después de un rato como señal de que el rey planeaba lo mismo. Las horas pasaron pero, ninguno de los dos parecía poder conciliar el sueño. Mingyu removiéndose de un lado a otro con cualquiera de sus preocupaciones rodándole la cabeza, pensando tan alto que no dejaba que el rubio descansara.
ESTÁS LEYENDO
Príncipe Captivo
FanfictionJeonghan tiene que hacerse pasar por esclavo para sobrevivir hasta que cae en manos del príncipe de Quartz. Capri Gyuhan Au