Mi lugar más triste.

Soledad.

Empecé por reconocerte, abrazarte y aceptarte.

Frío fue por primera vez tocarte, fue hace mucho, no obstante, sigo recordándote.

No fue nada sencillo abrirte mis puertas.

Voltear a mi corazón, observarlo por dentro y ahí estabas tu.

Tan bella, tan fría y blanca.

Tu esencia caló desde mis rizos hasta la punta de mis dedos.

Ése aliento filoso mis ojos cortó, mis lágrimas llenaron mi rostro de sangre y tu, una sonrisa me regalaste.

De éxtasis y huracanes mis labios llenaste.

Entendí que no eras como todos, tu nunca me abandonaste.

Te llevo en las venas, y cuando mis emociones se van, tu eres quién se queda.

Por eso me decidí a nombrarte, tu, mi más fiel y perfecta amante, mi hermosa soledad.