El silbido de las aves endulza mi oído, el sonido de las llaves me recuerda al encierro, me lleva de nuevo al tiempo en el que estuve cautivo.
Ahora feliz estoy, de tu corazón soy fugitivo, tus cadenas no detienen más a mi razón, a la vida nuevamente le encuentro sazón.
Abro mis brazos a la hermosa llovizna de Abril, entrego a las nubes mis labios, mi pulso va a mil.
No quiero adorar a un Dios, es tiempo para despertar, fidelidad hacia mí mismo crear.
Mi libertad no abandonar.
Sonreír y vivir a mi manera.
Y así, no volverme a encerrar.
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Mi lugar más triste.
ŞiirLos sentimientos y experiencias más íntimos, el acercamiento lingüístico a lo real, entrego un poco de lo que soy, lo que siento y lo que he vivido, un espacio en donde me permito amar, llorar y hasta odiar. Bienvenidos a mi lugar más triste. Antolo...