Eras fan del héroe llamado Shoto desde que lo viste en el Festival Deportivo que transmitieron por TV. En ese entonces tú solo tenías ocho años.
Nunca pudiste olvidar aquel enorme poder que demostró tener el joven bicolor. Siempre estuviste al pendiente de él; cada que hacía algo o peleaba con un villano eras de las primeras en saberlo.
Los años pasaron y él ya era todo un hombre y tú una muchacha en su último año de secundaria. Shoto se convirtió en un héroe famoso y reconocido (sin mencionar que era muy deseado por las mujeres), y ahora podías disfrutar de la oportunidad que se ponía ante tí: de vez en cuando, los héroes se juntanban para convivir con sus fans siendo entrevistados y firmando autógrafos.
Por supuesto, era caro ir a una, pero esta vez lograste pagar la entrada. Desde que salió al escenario quedaste encantada, su voz y su aspecto eran mejores que a través de una pantalla, no podías creer que lo tenías enfrente después de tanto tiempo.
Lo mejor fue el momento de las firmas. Casi eras de las últimas pero no te importaba esperar un poco más e intentabas relajarte hasta que al fin llegó tu turno. Lo tenías ahí, intercambiaron saludos y te firmó un poster suyo.
-No sé ni qué decir, jamás pensé que algún día conocería a mi ídolo. No me lo creo.
-El momento llegó -respondió devolviéndote el poster autografiado-. Por favor, ¡estudien para ser héroes! La UA los espera.
-Si lo he pensado.
-Pues ahí tienes la llave -dijo estirando un folleto promocional de dicha escuela.
De alguna manera, eso influyó demasiado en tí que tomaste la firme decisión de convertirte en heroína. Shoto te había inspirado.
Le diste un abrazo luego de tomarse una foto y te marchaste de ahí con el corazón contento.
