Itaparica

Capítulo 14: Espejismos

"Pero el tonto en la colina, ve el sol descender. 

Y los ojos en su cabeza, ven al mundo girar". 

The Fool on the Hill. The Beatles.

La siguiente noche poco difería de la del día anterior, tocaba "boliche". Es decir, la pista de baile pequeña e improvisada que reunía una cantidad mínima de gente en relación a la cantidad de personas que vacacionaban en el complejo. En general solía incluir a algún GO. De los cuales cabía preguntarse si estaban ahí por obligación, o porque era la única forma de despejarse de un trabajo que, si bien tenía buenos esparcimientos, tenía la enloquecedora cuestión de que tu "casa" era el mismo lugar que tu trabajo. Poco recordaba de esa noche: estaba protagonizada por la habitual barra de tragos que duraba hasta las tres de la mañana, y esa música que por su ritmo extraño era relativamente difícil de bailar. Si tenía la impresión de estar más cerca de Paloma. Ella estaba a su lado y compartían los vasos de bebida.

Probablemente estuviera Camila también ese día allí, que preguntó lo siguiente:

- ¿Cuántos años tienen todos acá?

Las edades oscilaban entre 17 y 30 años. Habiendo sólo dos personas más cerca de los 30 que de los 20, y eran Camila y Jonás. Allí aprendió que Camila tenía un año menos que él, y ahí le empezaron a cerrar ciertas de sus actitudes erráticas, como su poco control con la bebida.

-Así que Paloma es la más grande-.

-No lo tenés que decir tan fuerte- dijo, con cierta vergüenza ella-.

-La milf- dijo Narciso.

El alcohol lo había desinhibido bastante al parecer. Claro que después de decir eso hubo un silencio absoluto, al que de vez en cuando estaba acostumbrado. Él no era la persona que le terminaba de encantar a todo el mundo él. Sin embargo, era accesible.

Al recordar esa noche se le venía a la cabeza un recuerdo de la primera: había visto a Facundo muy afectuoso con Paloma, agarrándose las manos y tal vez hasta besándose. Lo raro de este recuerdo es que no le vino hasta mucho después de terminado el viaje, y mostró la hipocresía de ambos: los dos estaban de novio, y prometían que no "la iban a cagar". Más adelante, Narciso vería a Facundo volviendo con Camila de quién sabe qué lugar. Narciso podía llegar a ser completamente ingenuo, pero simplemente era sumar dos más dos.Claro que él no era estúpido, pero había ciertas cosas que su inconsciente le vedaba temporalmente y hasta a veces no las terminaba de creer.

Quizás lo de Paloma era un poco más excusable por su situación amorosa un poco tambaleante, pero no por su contradicción. No obstante, había que ver todos los mensajes que le mandaba a su novio, llenos de corazoncitos, y cursilerías indignas de una persona de treinta años de edad con basta experiencia en relaciones. Era evidente, hasta para un ciego, que la relación que tenían poco tenía que ver con el amor. Tenía que ver más con cierta dependencia y posesión de personas criadas en un tipo de relación muy específica y reflejaba la poca madurez que tenían para su edad.