Había quedado para almorzar con Paloma a las dos de la tarde. Era un poco tarde para él, que solía comer a más tardar a la una, pero había aceptado la hora sin rechistar. La comida continuaba con esa increíble variedad, y Narciso disfrutaba de los pescados, carnes y acompañamientos varios. Podía tener poco control sobre lo que comía porque compensaba con la gran cantidad de actividades diarias que hacía. Narciso, como bien lo indica su nombre, estaba un poco obsesionado con su cuerpo y con la actividad física. De hecho, no abandonó su dosis semanal de ejercicio incluso estando de vacaciones.
Aprovechó el almuerzo con Paloma para hablar bastante. Allí conoció su historia: se había casado con veinte años, y divorciado luego de cinco. Durante sus años de casamiento había tenido relaciones con su actual novio, que oficializaron después del divorcio. Al parecer él era un celoso compulsivo, o lo que conocemos comúnmente como un "macho".
- Le dije que me iba a ir sola de vacaciones si él no se quería ir y no me creyó. Yo me fui, y se enojó, pero ahora estamos más o menos bien.
- Que raro que no te haya creído- dijo, tirándole tierra a su "competencia"-. Para mí que especuló con que vos no te ibas a ir.
- Yo cuando digo las cosas las hago-.
En realidad, ella solía ser bastante contradictoria en su accionar, a pesar de la seguridad que esa frase parecía reflejar. Pero Narciso todavía no lo sabía. La conversación después siguió en torno a los celos, de su pareja.
-Él no confía en mí, porque cuando empezamos yo estaba casada-.
-Me parece que esa cuestión de la desconfianza no se va arreglar con el tiempo-señaló sabiamente él.
-De hecho, va a ser un problema recurrente-.
Ella pareció ver la claridad de lo que Narciso decía, pero con ese tipo de entendimiento que probablemente no fuera efectivo en el momento, sino que surgiría después de alguna discusión repetida y larga con su novio. En cierto punto él le habló sobre cuánto le gustaban los autos, y ella confidencialmente le dijo:
-Te voy a decir cual es mi auto. Pero tenés que adivinarlo. Es alemán.
- ¿BMW?
-No.
- ¿Mercedes-Benz?
-No el otro-.
- ¡Ah! ¡Audi! -.
-Si, pero tenés que adivinar el modelo-.
- ¿A3?
-No-.
- ¿A4?
-No, es un TT.-.
Probablemente recién ahí Narciso se terminó de percatar cuán atractiva le parecía. La imaginaba manejando su Audi a toda velocidad en una autopista, despreocupada por límites de velocidad, y hermosamente empoderada. Quedaron en ir a la playa, después de que cada uno duerma su respectiva siesta. La siesta realmente era necesaria por el calor agobiante que solía hacer.
ESTÁS LEYENDO
Itaparica
RomanceNarciso es un chico tímido e introspectivo que viaja por primera vez a Itaparica. Allí conoce a Camila, una chica de su edad, inteligente y distante. Sin embargo, Narciso también se empieza a interesar por Paloma, una chica unos años más grande que...