Volvía a ser la hora de almorzar, con ese sistema tan particular donde simplemente no te dejaban disfrutar de la soledad. Narciso disfrutaba especialmente de ella: aprovechaba su tiempo para leer, ver películas y hacer un exhaustivo uso de redes, todo esto cuando no leía unas cuatro horas diarias para su demandante y caprichosa carrera.
Comiendo con su hermana y su madre, se acercó un GO, que sumó a la mesa a Paloma. Si, por el sólo hecho de ser argentinos, pensaban que las personas deberían tener algo en común. El la recordaba vagamente de su breve e insignificante charla del día anterior. Al parecer la conversación fue lo suficientemente interesante para conocerse y planear actividades para la noche.
Ella, según supo era abogada y había estudiado en la universidad pública, cosa que infundía respeto en Narciso, estudiante de la misma institución que Paloma, pero de distinta filial. Ella había viajado sola, porque su novio, no la había creído cuando hizo la respectiva amenaza de hacerlo. No cabía dudas que tenía carácter, y sabía lo que quería, cosa que a Narciso le parecía muy atractiva. Con sus treinta años Paloma se presentaba muy sensual, hecho que alimentaba sus fantasías. Tenía ojos café, y el pelo castaño claro, ondulado. Su piel estaba dorada por una buena cantidad de horas de bronceado.
Pensaban de forma bastante diferente, al menos a nivel político. Aspecto que le importaba bastante a Narciso en esos tiempos. De hecho, se podría considerar que estaban en extremos opuesto del espectro político. Sin embargo, poco reñirían por política esa semana, primero por advertencia de ella, y segundo porque realmente se llevaron muy bien. Por otro lado ¿quién le busca la quinta pata al gato cuando se siente atraído por alguien?
Luego de esta experiencia Narciso sacaría una conclusión importante para su vida futura: no importa, al menos a corto plazo, la opinión política de una persona con la que pases el tiempo, sino que importa cómo se pasa el tiempo. Probablemente a largo plazo sería bastante aburrido convivir con una persona cuya ideología no permita muchos disensos. No obstante, en el futuro Narciso se mostraba realmente muy crítico de su postura política, y cierta apertura, también contribuiría a menos roces.
-Pasame tu número, así arreglamos lo de la noche- dijo con la ingenuidad más grande que le podía salir, aunque fuera poco creíble-.
-Okey, mirá que yo no estoy buscando nada-.
-Está bien- dijo, bastante sorprendido.
-Me pareces atractiva, pero no pensaba intentar nada.
Sinceramente en ese punto él simplemente pensaba en acompañarla, para que no estuviera sola, y porque Camila le había sugerido que lo haga. Simplemente estaba buscando una amistad en ese momento.
El árbol le había tapado el bosque con anterioridad: por estar estúpidamente obsesionado con una persona que lo trataba como basura, no sé dio cuenta que quizás hubiera otra persona que si le estaba prestando atención. Ese pensamiento paradigmático lo llevó al siguiente recuerdo:
-Si, ella se aburre de salir con vos, podés salir conmigo- le dijo ella, vestida de zombie, en una fiesta de disfraces.
Él no supo que decir: hizo su estúpida risa de sorpresa y no dijo mucho más, simplemente pensó en que no abandonaría a su amigo y novia, para salir con ella. Tampoco había entendido completamente lo que le había querido decir hasta que fue tarde.
Esta situación le generó tal arrepentimiento, que probablemente lo persiga hasta el día de su muerte. El tren había parado en su estación, y él no tuvo el valor suficiente para acercar sus pies a los estribos y subir. Quizástal situación no hubiera sido la que desemboca en una relación de las que durantoda la vida, pero le habrían ahorrado al menos siete años de inmadurezemocional/romántica.
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Itaparica
RomantizmNarciso es un chico tímido e introspectivo que viaja por primera vez a Itaparica. Allí conoce a Camila, una chica de su edad, inteligente y distante. Sin embargo, Narciso también se empieza a interesar por Paloma, una chica unos años más grande que...