~Gala~
—¿Qué has decidido? —pregunta Leah, sin dejar de empacar los productos.
—No lo sé, le dije que lo iba a pensar.
—Gala, no debes ir a ese lugar solo por compromiso —alega con voz firme.
Me levanto del piso y me muevo por la habitación bajo su atenta mirada. Reviso los paquetes, decidida a dejar de pensar en mi madre.
Ella se puso en contacto conmigo, luego de mucho tiempo, para invitarme a su boda. La sorpresa fue tan grande, que corté la llamada sin querer. Ni siquiera sabía que estaba en una relación.
Y es que nos hemos distanciado mucho. Ella se puso histérica cuando se enteró que yo estaba embarazada, me insultó y me dejó sola. Fue una etapa horrible y no solo por el rechazo de León, también estaba esperando un hijo de él. No sabía cómo reaccionar.
Mi papá se mantuvo conmigo, aun con los chismes malintencionados de mis hermanos para hacerme quedar como una puta delante de él, y se hizo cargo de todo lo que me sucedió.
—Lo sé, pero quizás solo debo darle el beneficio de la duda. Puede que ella quiera arreglar las cosas conmigo.
Leah me mira, desconcertada e incrédula.
—Eres demasiado buena, Gala, te falta odio.
Me río ante sus palabras.
—Qué va, la buena eres tú que siempre me soportas. No puedes negar que mi vida es un caos.
—Eres mi mejor amiga —dice, obvia—. Solo quiero que estés bien, has sufrido mucho. —Sus palabras son sinceras.
Leah es de esas personas que no aman a otras con facilidad, pero si se encariñan se vuelven incondicionales y protectoras. Fue lo que pasó entre nosotras desde que nos conocimos en una de las citas que tenía cuando estaba embarazada.
Ha sido mi ángel guardián desde entonces, y no lo pensó dos veces cuando le sugerí irnos a vivir juntas para ayudarnos con los gastos. Tengo demasiadas cosas que agradecerle, incluso me ofreció ser su socia.
Ella trabaja desde casa, tiene una tienda virtual que ha ido creciendo de a poco. Vende ropas, accesorios y decoraciones del hogar. Usé parte del dinero que me dieron para comprar más cosas y hacer publicidad. En eso estoy ahora, tengo más tiempo libre para aprovechar los estudios e ir al gimnasio.
Es increíble que el solo pensamiento de esa palabra me recuerde a León.
La tristeza se apodera de mí al recordar la última vez que hablamos, cuando me dijo que le gusto. No le creí, incluso me molesté con él por haberme dicho eso.
Todo el avance que habíamos tenido se fue a la mierda al segundo de su declaración. Se suponía que esto no debía pasar, no me puedo dar el lujo de ilusionarme con un nosotros.
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Y fuiste tú © [Saga Tú: libro 2] (Completa)
Romance¿Dónde hubo fuego, cenizas quedan? Han pasado siete años desde que León y Gala tomaron caminos diferentes lejos de todo el drama en el que se vieron involucrados. Sus vidas se vuelven a cruzar solo para enfrentarse a nuevos retos, secretos y todos...