¿Dónde hubo fuego, cenizas quedan?
Han pasado siete años desde que León y Gala tomaron caminos diferentes lejos de todo el drama en el que se vieron involucrados.
Sus vidas se vuelven a cruzar solo para enfrentarse a nuevos retos, secretos y todos...
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He decidido ser mi prioridad.
Y llegar a esta conclusión me ha costado mucho, más de lo que me puedo imaginar. Mi doctor siempre me ha hablado del amor propio, de soltar, de tratar de hacer las cosas que me hacen feliz. Pero la verdad es que nunca me he esforzado siquiera en detenerme a pensar qué es lo que realmente deseo en la vida.
Siempre tratando de encajar, de hacer feliz al otro. Me había negado a eso y mi manera de actuar, a simple vista, era lo contrario porque quería demostrar cosas que no eran ciertas. No obstante, me dejaba rebajar y hacían de mí lo que querían. Por eso tuve ese estúpido "romance adolescente" con un tipo que solo pensaba en sí mismo y no dudó ni dos veces en estar con otra cuando me mudé.
Pero las cosas no quedaron ahí. Me fijé en un chico con más problemas que vida, que me veía como la villana y la intrusa que llegó a su casa para fastidiarle la existencia. Ahora todo está claro, me rebajé y tiré mi dignidad a la basura desde el momento en que besé por primera vez a León.
A pesar de que me lastimaban sus rechazos, yo seguía ahí, dispuesta a que volteara a verme o se diera cuenta de que existía. Me duele recordar todos los momentos en que la cagué, que fui una intensa de mierda, una impulsiva que cometía muchísimos errores.
Entonces, como si no fuera poco lo que sufrí con el tema del embarazo fallido, me involucré con un narcisista de mierda que solo alimentaba su ego con mis defectos. No sé cómo pude sucumbir a los falsos encantos de Liam, lo único que hacía era hundirme un poco más en mi desgracia y recordarme el porqué nunca iba a ser buena para ningún hombre.
«Una mujer que no puede concebir es un cero a la izquierda», había dicho.
Y lo repetía en cada conversación, en todo momento. Era el recordatorio para que yo me aferrara a la falsa esperanza de que él me hacía un favor al quedarse a mi lado. Por un buen tiempo creí que Liam era lo que necesitaba porque me había aceptado con mis "defectos".
Huía de mí misma; intentaba resurgir, pero siempre había algo que me sumergía de nuevo en la miseria. El dolor no se iba, solo aprendí a soportarlo y a lidiar con toda la mierda que arrastraba. Quizás vi en León un bote salvavidas, puede que esa fue la razón por la que decidí darle una oportunidad.
Me equivoqué, de nuevo.
Pensaba que si me sinceraba con él, que me entendiera y no me odiara, iba a ser suficiente para poder sentirme en paz y feliz. La realidad es que todo está en mí, en cómo me veo.
¿Estoy enamorada de León? Creo que sí.
¿Estoy lista para una relación con él? La respuesta es no.