XXIII

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Así como todo empezaba.

Cada cosa, cada era, cada pelea tenía su comienzo aunque algunas tenían un final, y otras no.
Los gritos y esa desesperación por callar a la otra empezaban, era un juego que nunca terminaba, o más bien, que siempre terminaba en llantos, promesas rotas, gritos.

Catra sentía sus ojos arden, húmedos, fríos. Todo el delineador negro salía y se derramaba por sus mejillas. La parte esclerótica del ojo ya era toda roja por los llantos.
Empezaba a golpearse a si misma, nunca a su amada que ahora pronto la perdería por cualquier cosa.

Desde esa noche, desde esa palabra y la última respiración, empezó todo.

Adora se quejaba de que siempre quería ayudarla, cuando sabía que no podía hacer nada, cuando ella quería estar sola pero también se quejaba de cosas estupidas.

Respondió la llamada de su amiga. Glimmer hablaba sobre una fiesta, sabia que a las dos les gustaría ir, aunque ella no sabía sobre su pelea. Adora asintió.

— De que querías hablar? — Pregunto su amiga pelirosada mientras veía vestidos negros.

— Bueno...digamos que Catra y yo... — Se acomodó la cartera sobre su hombro. Glimmer la volteó a ver. — Estamos peleadas.

— Que mierda — Lo soltó como un escupitajo. — Y cómo estás con eso? — Apoyó sus manos sobre sus hombros. Trato de buscar su mirada pero la mirada de Adora estaba perdida en el aire.

— Mal.

Glimmer se quedó callada. Ella sabía cuanto Adora la amaba, cuando la quería, toda esa felicidad con ella. Le lastimaba verla así.

— Ven conmigo a la fiesta, te divertirás y te olvidaras de todo, ya lo verás.

— No lo se — Unió sus cejas.

— Es solo una noche, a parte, podemos ahora comprar ropa para mañana.

Adora aun no estaba convencida pero tal vez Glimmer tenía razón, quería poder divertirse al menos una noche.

— Bien.

Las dos encaminaron a algunas de las más grandes tiendas. La mayoría tenían polleras, vestidos, eran tan lujosos y costosos.

Al fin y acabo, Adora eligió un vestido de seda negro hasta menos de la rodilla, con una abertura en el medio.

— Wow, tan sólo wow.

— Mhh — Aún confundida. — Puede ser.

______

Catra sabía lo de la fiesta, sus amigas irían, pero ella sabía que no estaba de el mejor humor, no estaba bien. A parte, ya tenía un plan, comer helado y llorar con una película romántica, pensando que todo se resolverá gracias a su mente y su creatividad.

Abrió Instagram, para ver las historias de su amada. Todas eran fotos con Glimmer, se veía tan linda como siempre, con su sonrisa y sus ojos achinados. La extrañaba tanto, extrañaba su piel, su aroma, su mirada.

Su teléfono sonó. — Hola? —

— Hola Sra. Weaver.

Catra parpadeó, reconocía esa voz.

— Sra. Lennz — Repuso.

La Sra. Lennz era una de las que trabajaban en el orfanato donde Catra había estado por unos 5 años.
Ella era una mujer dulce, de unos 30, la ayudaba con su carácter, con la soledad que ella tenía allí.

— Hace tanto que no escuchó tu voz — Se escuchó la risilla de ella.

— Ni la de usted.

— Bien, tengo algunos papeles sobre tu...madre — Lo dijo con tanta fragilidad, como si fuera una burbuja.

𝓈𝑜 𝓉𝒽𝒾𝓈 𝒾𝓈 𝓁𝑜𝓋𝑒... 𓂃 catradora  𓂃 finalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora