𝓈𝑜 𝓉𝒽𝒾𝓈 𝒾𝓈 𝓁𝑜𝓋𝑒... 𓂃 catradora 𓂃 finalizada

XXV

Si tan solo hubiera algo para decirles a los que fueron infieles a sus respectivas parejas.
Catra le diría de todo a Adora.

Pensaba que no la dejaría por todos esos actos que había cometido, ambas.
Odiaba la razón por lo que lo había hecho, sabía que ella misma era una estupida pero prefería que se lo diga en la cara a que la engañe.

Odiaba llorar y vomitar solo por sentirse mal, tan como la mierda, tan como todo el asco que sentía adentro y afuera.

No tenía fuerzas para luchar ni para llamar a alguien o para hacerse la que no pasó nada y andar genial.

Ahora sentía toda la ira, sentía lo que sentían las demás personas al darse cuenta de que su pareja la fue infiel.
Odiaba la cara que tenía Adora, reflejaba algo que Catra no podía descifrar. Y ya la odiaba.

Va, no lo sabía.

Ella la amaba, no había palabras para describir todo lo que le tenía que decir, pero no podía odiarla porque hizo o intentó hacer todo para ella, y odiaba sentirse así porque era un amor y odio.

Odiaba amarla.
Odiaba no poder odiarla.
Odiaba amar todo lo que era ella.
Odiaba no saber que sentir.

Era todo ese odio que se podía reflejar.
Había sentido ese tipo de odio con sus padres, los adoptivos.

Que para ella no eran sus padres.

Los odiaba pero los amaba por encima de todo el daño psicológico y físico que le habían dejado.

Ahora estaba sintiendo lo mismo por la chica que más amaba en el mundo. Era su mitad, era todo ese mundo que ahora estaba destruido por ella.

Perdonarla no sabría.
Y si volvería, arrodillándose y llorando, tampoco lo sabría.

Y ahora estaba ella en el departamento de Scorpia, mirando el techo de madera.
Scorpia no estaba en la fiesta pero se enteró por Glimmer. La peli rosada le dijo que Adora quería verla, que Adora necesitaba verla y explicarle todo. Que Adora estaba tan destruída como Catra, en la misma posición que ella pero en el departamento de Glimmer.

— Gatita, Queres algo para comer? — Tocó la puerta y la entreabrió para ver el rostro oscuro de la castaña. Se podía notar que había llorado, y mucho.

Ella apoyó sus codos en el acolchado para mirarla. Luego negó con la cabeza.

Al retirarse, volvió a su misma posición.

Sentía sus ojos tan decaídos y dolidos. Al tocar sus pestañas a su piel, la mojaban por la lagrimas.
Era tanto el dolor que no la dejaba ni comer.

Aunque ya había pasado un día.

Pero no recibía nada de Adora.

En el departamento de Glimmer, Adora estaba igual.

La iba a buscar pero no era el momento que estaba buscando, debía ser uno especial y que ella pueda perdonarla.
La extrañaba, extrañaba todo de ella, extrañaba su sonrisa, su mirada, su cabello, su personalidad.

Lo que la cagaria sería el inicio de clases, luego de las vacaciones cortas de invierno que daba la universidad.

— Adora... — Entró a la habitación. Adora se acomodo al igual que Catra con sus codos.

— Si?

— Bow y yo vamos a tomar el desayuno, quieres venir? — Sonrió con su amabilidad de siempre. Quería que Adora pueda sentirse al meno un poquito mejor.

— No se preocupen, vayan ustedes — Asintió. Su sonrisa era muy forzada, ambas lo sabían.

Dio un suspiro alto como si estuviera a punto de explotar.
Sus lágrimas nublaban su vista dejando marcas interiores en ella.