Las sultanas siempre parecían brillar más aunque por dentro se quemaban, una madre que perdió a su gran león y una sultana que perdió a su amado hermano.
Mihrimah estaba en el jardín mirando a sus hermanos jugar, a lo que una odalisca llego y se poso a su lado entregándolo un sobre, aunque para ella era muy raro verlos, lo tomo sin más, miro la letra se extraño, no era la letra de su hermano, pero aun así la abrió, a lo que sus ojos se llenaron de lagrimas, las letras de su hermano se presentaban en una sinfonía de dolor.
— Hermano... Mehmed... — comenzó a leer —
Mihrimah, mi amada y hermosa hermana, lamento no haberte escrito antes, pero han pasado muchas cosas, estoy en tierras lejanas en donde puede ser el cielo como el infierno, pero hay mucha crueldad en este lugar, que solo su majestad o Allah podría acabar. No hay de llorar, todo estará bien, mis cartas siempre te llegaran, puedo sentir el dolor de nuestra madre, y todo lo que esta haciendo por nuestros hermanos, protégelos a todo Mihrimah.
Los ángeles en estas tierras con poco y los únicos que he encontrado presiento que se irán con rapidez...
Atte. Mehmed
El corazón de la sultana de lleno de gozo, le entrego la carta a su criada de confianza para así que esta la escondiera lo más rápido que pudiera, algo que logro, mientras que los príncipes menores miraban como su hermana tenia ese color de antes, la alegría que le faltaba, desde la terraza de los aposentos del Sultán se asomo la pareja de esposos, quienes miraban hacia el horizonte, mientras que ambos pensaban en su amado león.
— Mi señor, no quiero suponer cosas al respecto... pero creo saber quien ataco a nuestro príncipe...
— Habla Hurrem... no calles tus pensamientos mi sultana
— La sultana Mahidevran... sabe que me tiene un gran odio... a mi y nuestros hijos...
— ¿Qué beneficio tendría ella? Mustafá esta en Manisa... quería quitarlo del...
El sultán quito su expresión de duda, a volverse algo de enojo a lo que salió de la habitación intentando buscar algo en el gran palacio.
— Solimán no cree que si lo que suponemos es cierto... Mustafá...
— Como puedes preocuparte por ella, acabo con nuestro Príncipe... con nuestro valeroso Mehmed...
— No deseo que Mustafá... sufra... él es un príncipe muy valiente... y un dolor así no lo dejara gobernar... Solimán... tampoco tenemos pruebas de que ella fue...
El gran sultán Solimán abrió una investigación al respecto de su hijo, mientras que por otro lado los príncipes menores comenzaron a crecer con las esperanzas de ser igual de fuertes de que hermano mayor, quien desaparición en una noche de lagrimas.
La investigación siempre terminaba en lo mismo, los traidores del imperio siempre eran los responsables, pero las sultanas no se tragaban ese cuento, a lo que ella comenzaron sus investigaciones por su cuenta, pero lo que más les dolía era hecho que el príncipe no tuviera una tumba en donde rezar.
— Madre... tenemos que hablar, Malkoçoğlu tiene información sobre el paradero de mi hermano
— Hazlo hablar, Mihrimah, necesito a mi hijo vivo o saber donde esta su cuerpo... — La sultana cuando estaba en su habitación tenia su rostro cansado —
La joven sultana se sentó al lado de su madre, mientras que el Bey entraba a sus aposentos a reverenciándose ante amas.
— Sultanas... les tengo una noticia que puede que las haga feliz... hay algunos que vieron a unos hombres llevarse alguien inconsciente hacia el puerto
— Pero esta seguro que es mi príncipe
— Hay una alta probabilidad que si sea así, ya que se encontró el anillo del príncipe caer de sus manos cuando esas personas se lo llevaron, pero lo que no sabemos es que el príncipe si este vivo
— Gracias Bali Bey... calmas mi alma, al saber que mi hijo puede que este con vida... puedes retirarte...
— Con su permiso sultana... sultana... — Se reverencia y se va —
— Mihrimah, tu hermano puede estar vivo... — Mira como esta se encuentra distraída — Hija, mi sol, en quien piensas... dime
— ¿Q-Que? no en nadie madre... estoy bien
— Así que Malkoçoğlu Bali Bey aun esta en tus pensamientos, por Allah tienes que olvidarlo
Cada día los problemas comenzaban a aparecer, la joven sultana esperaban ansiosa cartas de su hermano como alguna mención del dueño de sus suspiros, no le importaría saber la dolorosa verdad, mientras que la sultana Hurrem comenzaba a buscarle un pretendiente adecuado a su hija.
La sultana Mahidevran estaba tan tranquila que nunca esperaría lo que pasaría en el futuro de su unico hijo, un espejo que poco a poco se agrietaría cada vez más. Algunos años habían pasado, la boda de la joven sultana ya estaba planeada solo para que el gran Sultán lo aprobase, ella no podría darse por vencida, tenia que estar al lado de quien amaba, a lo que cuando se le entrego la noticia ella corrió con su padre.
— ¡Padre! Su majestad... necesito hablar con usted.... se lo pido... — Este la miraba con confusión — Por favor... padre...
— Bien mi luna hermosa, vamos — Entro a sus aposentos seguido de su hija — Y bien de que deseas hablar, Mihrimah
— No quiero casarme con Rustem, se lo pido... no lo amo... padre, mi corazón aun esta lleno de dolor por mi hermano, no podría ser feliz...
— Mi hermosa hija... con el tiempo todo ese dolor se volverán recuerdos malo, que solo causaran nostalgia...
— Pero no era usted quien me decía que no me obligaría a nada... que yo podría escoger tales corazones... por favor su majestad...
— Mihrimah... quien es el verdadero dueño de tu corazón... dime...
— Malkoçoğlu Bali Bey... su majestad... Rustem no me haría feliz... no haga que el momento más importante de una mujer se vuelva la entrada al infierno...
— Mi sol... si él es el dueño de tu corazón no te impondré tal compromiso... si tu corazón me lo pide te comprometeré con Bali Bey
La sultana sin más abrazo a su padre, ella estaba llena de felicidad tras lo que si padre dijo, haciendo que lagrimas salieran de sus ojos, a lo que la sultana mayor entro a los aposentos, algo que su sonrisa se borro.
— Hurrem que bueno que llegas, tengo que decirte que Mihrimah no se casara con Rustem... la comprometeré con el dueño de su corazón
— Malkoçoğlu... Bali... Bey... — dijo la pelirroja con un rostro de sorpresa —
— Bien, aghas llamen a Rustem y a Bali Bey, hablare con ellos y ustedes dos se quedaran aquí...
— Que es lo que haz hecho Mihrimah... — Pensó la sultana Hurrem —
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El Regreso De Mehmed | El Sultán
AdventureSehzade Mehmed, príncipe sin rivales. Pero que tal si él jamás murió, su hermana Mihrimah Sultan sospechaba desde hace años atrás y lo ayudo a huir de una muerte segura, para años después regresar más fuerte que nunca, la lado de su esposa. ¿Cómo se...