Sehzade Mehmed, príncipe sin rivales. Pero que tal si él jamás murió, su hermana Mihrimah Sultan sospechaba desde hace años atrás y lo ayudo a huir de una muerte segura, para años después regresar más fuerte que nunca, la lado de su esposa. ¿Cómo se...
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Unos cuantos meses habían pasado, el asentamiento del príncipe ya estaba establecido, así que no tenía de que preocuparse, o eso pensaba él, por que su esposa estaba decaída, como si algo le hubieran hecho, a lo que se fue a sentar a su lado, en el jardín del palacio.
— Mi sultana que es lo que sucede... te noto decaída, como su algo pasara...
— Tengo miedo Mehmed... tengo miedo que ahora que regresamos, te quieran herir otra vez... o a mi... mi madre me odia...
— Nada te pasara a mi lado mi amada, Allah no permita que nos dañen por un tonto trono que no deseo...
— Pero su majestad desea que tu lo tengas... Y-y si no le agrado a la sultana Hurrem...
— Yo se que con tu forma de ser, mi madre quedara encantada, ella no puede decir nada, ella también se caso con su majestad, el amor es el sentimiento más puro que ella tiene y nosotros nos tenemos
Ellos arreglaron los miedos que tenía la sultana menor, mientras que ella lloraba por dentro, por que había un secreto que solo un doctora y sus más leales criadas sabían...
...
En el palacio de Topkapi el sultán estaba hablando con su gran visir quien a pesar de todo le tenía lealtad al sultán y a su esposa, a pesar de que la sultana Mihrimah estuviera cansada con Malkoçoğlu, a lo que este tenía todo listo para asignar la provincia de Manisa otra vez y al saber de quien sería estaba sorprendido, a lo que el mismo sultán le prohibió hablar de eso, ni siquiera con su esposa la sultana Hurrem.
El mando a uno de sus mensajero a llevarle una carta a su hija, quien era la intermediará con su hijo Mehmed, a lo que esta junto con su esposo viajaron hasta el palacio del príncipe, este había salido pero su esposa estaba en el palacio, a lo que querían verla, pero un grito y llanto había aparecido, era el de la sultana Dinley.
Malkoçoğlu sin pensarlo junto con su esposa llegaron a la habitación de esta, encontrándose con una escena que rompió el corazón de su cuñada la sultana del sol y la luna, ella entendió de inmediato que corrió a ella a abrazarla.
— Dinley cálmate...
— Sultana... lo perdí mi sultana...
— Tenemos que decirle a mi herman-
— ¡No! Por favor no... él no sabe que esperaba a un príncipe... no se lo diga por favor mi sultana...
La sultana Mihrimah y su esposo aceptaron la decisión de la sultana menor, a lo que ese secreto se mantendría oculto para siempre, tiempo llego Mehmed y abrazo a su hermana al verla y esta le entrego la carta de su padre, quien la leyó con una sonrisa.
— ¿Dónde esta...?
— Aquí estoy mi príncipe...
— Dinley tienes mala cara, te pasa algo mi amada... — Este rápidamente se acerco a ella, para poder abrazarla y tocar su mejilla —
