Sehzade Mehmed, príncipe sin rivales. Pero que tal si él jamás murió, su hermana Mihrimah Sultan sospechaba desde hace años atrás y lo ayudo a huir de una muerte segura, para años después regresar más fuerte que nunca, la lado de su esposa. ¿Cómo se...
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La sultana cuidaba muy bien de la sultanita, pues se había encariñado con ella, y ordeno a todos a nunca nombrar ni hablar de la verdadera madre de ella, cosa imposible, pero tampoco improbable, así que se hizo, los días pasaban de manera normal, aunque las visitas nunca faltaron en especial de Mahidevran y su hijo Mustafá, haciendo que todo fuera algo tedioso, pero no tanto como se creía, pues a pesar de todo el príncipe y su esposa le demostraban respeto, dando a revelar las palabras de la sultana Hurrem, sabiendo que sus hijos nunca odiarían a Mahidevran.
— Aun no puedo creer lo que hacen las mujeres del harem por cosas así... — Dijo la mayor mientras tenía al príncipe en brazos —
— Lo se... pero aun así una bebé no pudo detener lo que ella misma provoco... — Hablo la menor con la sultanita en brazos — Desea que vayamos a tomar un poco de ayran, hace mucho calor esta mañana
— Claro vamos
Ambas fueron al jardín para poder refrescarse un poco, Mahidevran, a pesar de saber que los bebés acabarían con su propio hijo, no iba a hacer nada al respecto, pues ella pensaba que Dinley no se pondría en contra de su hijo, ella tenía aun un poco de las costumbres de Europa así que podría estar seguirá de mantener a Mustafá seguro.
...
Por otro lado los príncipes hablaban de manera tranquila, el mayor aconsejaba a su hermano de tener mas concubinas, pues era algo que no podía detener, como ejemplo le puso a su padre, haciendo que este no supiera que hacer a decir verdad ya no sabía que hacer, pues a penas había recuperado a su esposa y con esto que le decía su hermano lo podía en una dualidad.
— Mira, yo tengo un obsequio para ti, es una chica muy hermosa, créeme que te va a gustar como ninguna antes — Dijo su hermano
— Sabes que no tengo la minima intención de estar con otra mujer que no sea mi esposa — Dijo el príncipe de la corona
El mayor le explicaba lo que tenía que hacer como príncipe, pero este no miraba las cosas de esa manera, así que lo que hizo que su decisión cambiara un poco era...
— No tengas hijos con la concubina
— No lo se...
— El harem no esta conformado por una sola mujer, Mehmed
En ese momento llegaron las mujeres, la sultana Dinley y Mahidevran hatun se reverenciaron ante los príncipes, el mayor quedo sorprendido por la belleza de su cuñada que quedo encantado con ella.
— Lamentamos interrumpir altezas, pero el pequeño Adem y Nimet querían ver a su padre — Dijo Dinley con una sonrisa
— Mi príncipe y mi hermosa sultanita — Este los cargo en brazos y ellos estaban felices por ello
Muchas cosas pasaron durante la visita del príncipe Mustafá, cosa que hizo incomodar a la sultana Dinley, el simple hecho de que su esposo estuviera con otras mujeres hacia que sus tenciones subieran, y las peleas regresaran levemente.
