Sehzade Mehmed, príncipe sin rivales. Pero que tal si él jamás murió, su hermana Mihrimah Sultan sospechaba desde hace años atrás y lo ayudo a huir de una muerte segura, para años después regresar más fuerte que nunca, la lado de su esposa. ¿Cómo se...
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Bello príncipe quien por tu cabeza muchos pagarían, pero nadie lo hará, cuando tu te vuelvas el próximo Sultán del gran Imperio Otomano... Solo espera y veras...
Dos hermanos inseparables, sabiendo como lograr sus propósitos, hijos del gran Solimán y la bella Hurrem, de esa unión nacieron el Príncipe Mehmed y la Sultana Mihrimah, quienes crecieron con gracia y belleza, sus fuertes enemigos siempre fueron los mismos, su hermano mayor Mustafá y su vil madre Mahidevran, quien los odiaba de todo a todos, ya sus 16 años el príncipe Mehmed, podía hacer la mayoría de cosas y cada vez se volvía una amenaza constante para el ascensión del príncipe mayor.
— Madre, yo se que esto no puede estar correcto... pero temo por la vida de mi hermano, tengo presentimientos muy fuertes... — Hablaba con temor -
— Mihrimah, hija mía todo estará bien, yo protegeré a tu hermano, hasta mi muerte, no tienes que preocuparte
— Lo se madre... pero...
Ella no pudo terminar de hablar, por que sus presentimientos le provocaban dolor, a lo que se fue de la habitación de su madre, en busca de su hermano, quien se encontraba en el jardín a altas horas de la noche.
Esta corrió hacia él, mirando con atención a todos lados en busca de su calma pero no lo logro, a lo que lo abrazo, a lo que este la miro con extrañez.
— Mihrimah... bella hermana, ¿Qué es lo que pasa...? ¿Por que actúas así? Haz estado actuando muy raro desde hace unas semanas atrás
— Mehmed, quiero que te vayas del palacio... no quiero que te pase nada, necesitas huir... te lo ruego...
— ¿De que hablas? ¿Cómo que huir del palacio? — Este estaba confundido —
— Trátame como loca, pero tengo presentimientos muy seguidos, temo que la Sultana Mahidevran quiera acabar con tu vida... no quiero perderte Mehmed...
— ¿Cómo ella podría hacerme algo?
— Mehmed, solo hazme caso... vete del palacio ahora mismo... solo por un tiempo, solo quiero protegerte
La joven sultana tenia mucha razón, en un lugar escondido había un arquero esperando el momento precisó para poder matar el príncipe. A lo que disparo, haciendo que la flecha avanzara con rapidez, la sultana tomo a su hermano al notar la flecha, causando un corte en su mano.
— Ahg...! Mehmed vete...!
— ¡Hermana! No me iré, ese traidor tendrá que pagar, hazlo por favor...! vete huye del palacio...!
Este noto la presencia del atacante haciendo que se llenara de valor para ir por él, pero este iba a lanzar más flechas, temiendo que le hicieran algo a su madre, este le dio un beso en la frente a la sultana, para así decirle sus ultimas palabras.
— Te escribiré cuando este seguro... cuando me vaya grita por ayuda, matare a ese traidor cuando salga del palacio... dile a nuestra Sultana que siempre vivirá en mi alma... Mihrimah... cuídate...
