𖡼.𖤣𖥧13𖡼.𖤣𖥧

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17 de marzo, Washington D.C, pool bar.
21:27 PM.

—Mejor no hubiéramos venido.

—Tranquilo Santi, ¿Qué es lo peor que puede pasar?

La puerta de aquel bar fue abierta por el tranquilo bicolor. La campanita del lugar hizo que todos los presentes dentro del bar girarán a la puerta. Una grata sonrisa por parte de Washington al cruzar mirada por un segundo con Jalisco. Aunque el gusto no duró mucho, Buenos Aires no tardó ni dos segundos y ya estaba revoloteando alrededor del bicolor.

—Qué puntualidad Jalisco. Me alegra mucho que estés aquí— nuevamente y como un gesto barato el argentino tomó la mano del más bajo y beso el dorso de esta— Me alegra demasiado.

Los ojos filosos que había puesto el argentino hicieron a Tokio gruñir por lo bajo, él junto a Santiago habían presenciado la escena de cerca  y para nada fue agradable.
Por otro lado Jalisco estaba tranquilo, no era tonto, solo mantenía la calma porque…. porque es Jalisco, ser amable y dócil a primera vista era su especialidad.

—Gracias por invitarnos— Jalisco retiró gentilmente la mano del contrario y le sonrió tranquilo— con permiso.

El bar no era grande ni pequeño, eso era agradable. Jalisco miró por todos lados sonriendo a quien tenía la vista en él, no le sorprendió para nada ver a quienes estaban ahí.

—¿Podemos sentarnos aquí?— pregunto amablemente el mexicano al estar en la mesa en la que se encontraba Washington.

Por un momento el estadounidense se quedó paralizado, hace poco había tenido una crisis referente a sus sentimientos por aquel chico frente al, tenerlo tan de cerca no ayudaba a la tormenta de sentimientos confusos en sus cabeza, pero vaya que disfrutaba verlo, era como si brillará frente a él.

—Claro— Sonrió tranquilo.

—¿Por qué está todo tan aburrido?— preguntó Santiago al ver la supuesta reunión.

Se escuchaba una leve música de ambientación de fondo y la plática de las capitales europeas. Buenos Aires, lima y Caracas estaban en otra mesa hablando de quién sabe que a ojos de los demás, y Jalisco sin dejar de poner atención a la plática que tenía en su mesa miraba de reojo a Buenos Aires, una expresión de asco se formó disimulada en su rostro al notar la mirada del argentino sobre él. Buenos Aires no estaba al nivel de Jalisco, esto ambos lo sabían, tal vez por la forma en la que se comportaba Buenos Aires daba la idea contraria, pero era mentira. Jalisco ni siquiera sabía la fama de Buenos Aires, por el simple hecho de que sus estatus eran diferentes, si, Buenos Aires era una capital, pero ni de cerca se codeaba con la gente que Jalisco lo hacía. No es que el bicolor se sintiera superior, claro que no, pero tampoco era un idiota dejado, sabía las intenciones de Buenos Aires. Y todo esto lo pensó en menos de un segundo el tapatío.

—Iré a poner buena música— Santiago se levantó fastidiado haciendo reír a Jalisco.

—¡Pongamos karaoke!— Tokio se levantó más enérgico y siguió a Santiago.

—Me agradan— comentó Washington.

—Son increíbles, ambos lo son— sonrió suave Jalisco— Tienen la fortuna de ser capitales, deberías juntarte un poco con ellos, se ve que les agradas.

—¿Tu crees?— pregunto algo temeroso, claramente no lo demostró pero así se sintió.

—¡Claro que sí! Incluso Santiago te saco plática.

Eso fue aliviador para Washington, en poco tiempo había formado lazos buenos y todo gracias a Jalisco….. Jalisco.

—Jalisco ¿Puedo preguntar algo?

No Seas Pendejo ¡Ya Dejate Querer! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora