𖡼.𖤣𖥧7𖡼.𖤣𖥧

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-Y bien? .- volvió a preguntar Tokio por quinta vez.

Después de que Tokio entrará a la habitación como si fuera la suya, Jalisco tomó la silla que estaba junto al escritorio y la puso justo frente a su amigo, cuando se sentó lo primero que hizo fue agachar la mirada, viendo un punto fijo del piso tratando de pensar las palabras correctas para empezar con la historia. Estaba decidido a responder todas y cada una de las preguntas que le harían, también estaba tratando de prepararse mentalmente para el regaño de 5 horas que ya veía venir.

-Oye me estoy cansado, que diablos pa-

-Terminamos.- Dijo en un susurro casi audible.

-¿eh? Creo que no estoy entendiendo, habla bien, tonto.

Si, Tokio estaba ya desesperado, el bicolor ni siquiera se dignaba a levantar la cabeza, llevaban ahí sentados como idiotas unos 20 minutos sin hacer ni decir nada.

-Dije: Que terminamos, o ¿el me terminó? Al final ni supe qué pasó.- finalmente levantó el rostro, dejando ver la muy notoria mueca de disgusto.

-Como que...? ¿Tu y...? ¿Terminaron? ¿Por qué?

Tokio se llevó ambas manos a la boca con total sorpresa, ¿cómo era posible? ¿Que clase de broma era? Pero si se amaban más que nada en el mundo ¿no? Al menos eso era lo que Tokio pensaba, era lo que Jalisco pensaba.

-Se acostaba con Baja California Sur.- Dijo con una triste sonrisa.

Y ahí, fue cuando todo tomó sentido. En menos de 10 segundos la mente de Tokio proceso todo, recordó cada señal, cada comportamiento, incluso recordó toda la historia de amor de su amigo.

Sintió como algo hacía ruido en su pecho, la decepción, pura y dura decepción y es que joder, el estuvo de primera mano en todo ese cuento, el ayudó a que pasara y por eso no entendia como ese imbécil Español se atrevió a hacer aquello.

-¿Estás jugando verdad?.-La sonrisa triste de su amigo le confirmó que todo era verdad.- Lo voy a matar.

Muy pocas veces eran en las que Tokio se enojaba en serio, llegaba a dar miedo, por eso aquella reacción sorprendió un poco al jalisciense, lo peor es que sabía que era capaz de cumplir aquella declaración.

-No te molestes, yo sabía en lo que me metía al estar con él.

-¡SI! Pero eso no es justificación para hacer lo que hizo, ¡MALDICIÓN! se metió con tu hermana, ¡TOLEDO SE METIÓ CON TU HERMANA!

Al escuchar ese nombre, el bicolor hizo una mueca de tristeza, escuchar su nombre era una gran mezcla de sentimientos, y no le gustaba cómo se sentía. Tal vez a partir de ahora tendría que llamarlo "el innombrable" como su hermanos llamaban a sus ex's.

-Sí eso ya lo sé, ahora calmate un toque, van a venir a sacarnos del hotel.

Jalisco trataba de aligerar aunque sea un poco el ambiente, se notaba a kilómetros el enojo de Tokio y eso era lo último que quería que pasara ¿como se pondría cuando le contara todo?.

Soltó un suspiro pesado, cosa que llamó la atención del contrario.

-¿Puedo desahogarme contigo, Tokio? .- aquella sonrisa tan amable que lo caracterizaba estaba ahí, pero como pasó con Washington, algo cambió, y empezó a doler.

Tokio volvió a tomar asiento en la cama, clavando su vista en el contrario, poniendo máxima atención a todos los movimientos de su amigo. Con un ligero asentimiento de cabeza, le dio a entender al bicolor que podía comenzar.

-Ve al punto.

-¿A qué te refieres?

-Jalisco .- lo llamó en un tono preocupado, casi rogándole que le contara que pasaba.

No Seas Pendejo ¡Ya Dejate Querer! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora