𖡼.𖤣𖥧9𖡼.𖤣𖥧

168 16 17
                                    

-それなら...?

(Entonces…?)

-Entonces que?.

-Tu sabes ¿Que vas a hacer?.

-Aa eso. 

Se quedó pensando un momento, era verdad, estaba tan ocupado ahogándose en su propia autocompasión que no se puso a pensar que seguía. 

Estaban de camino al bar donde supuestamente México se encontraba ebrio. Caminaban tranquilamente, apreciando la noche y las bonitas calles de la capital americana; que aunque fueran casi la 1 de la madrugada, todavía las calles estaban llenas de personas, más que nada de las que salían de los bares o simplemente paseaban. Era una noche agradable, se sentía la brisa y el frío de la madrugada de una forma suave, lo justo.

Tokio tenía puesta una de las sudaderas de su amigo, tenía las manos en los bolsillos y con el cuello de la prenda se tapaba la cara hasta la mitad; realmente adorable a vista de cualquiera.

-Estaba esperando tu consejo.- sonrió divertido, tratando de aligerar el ambiente.

-Hay que golpearlo ¡NO!¡Tengo una mejor idea! Lo secuestramos con ayuda de tus hermanos, después lo metemos a una fábrica abandonada, lo dejamos ahí amarrado hasta que se ahogue en desesperación e implore por su vida.- hacía ademanes con las manos mientras explicaba su plan maestro. El contrario solo reía por aquellas ocurrencias.- Hablo en serio. 彼はグッとしています (es un imbécil).

-Jeje si que lo es.- levantó la mirada, contemplando el cielo nocturno como si su respuesta estuviera ahí.- Creo que primero tengo que poner orden a mi vida, hablar con los otros weyes, arreglar el desmadre de trabajo que tengo y ver qué chingados pasa en mi familia, últimamente traen un desvergue.

El silencio se hizo presente mientras seguían su camino, ya se podían ver las luces y el letrero del bar donde su padre estaba.

-¿Entonces si puedo golpearlo?.

El bicolor soltó una gran risa antes de abrir la puerta del bar, esta era de vidrio polarizado, por lo que no se podía ver nada, algo que agradece el bicolor ya que lo último que quería era que las personas se enterarme de las barbaridades que su padre podía llegar a hacer estando ebrio. Entraron al establecimiento y lo primero que los recibió fueron las estruendosas risas del mexicano y sus amigos, Jalisco hizo una mueca y Tokio suspiro divertido, preguntaron por el grupo de escandalosos y un amable mesero les indico que estaban en la parte de arriba.

-De antemano me disculpo por lo que llegue a hacer México-. se detuvo a media escalera.

-Jali, he visto a tu padre hacer tantas cosas que ya nada es sorprendente, creo.- trato de restarle importancia al asunto.- No te preocupes.

Terminaron de subir las escaleras, el piso de arriba estaba solo a excepción de la gran mesa que se encontraba en la esquina donde se encontraban los responsables de todo el escándalo. Montones de botellas vacías estaban en la mesa y una que otra canasta donde se suponía debía estar la botana.

Los países ahí presentes estaban tan metidos en su plática que ni se dieron cuenta de la presencia de los otros dos. Perú y Colombia estaban sirviendo otra ronda, Argentina,Chile y México estaban riéndose de sabe que cosa mientras se empujaban amistosamente. Jalisco quería creer que no estaban tan ebrios como para no recordar sus nombres, estaba teniendo una noche tranquila junto a su amigo y el simple hecho de ver a su padre siendo todo un irresponsable solo lo hacía sentir cansado, cosa que lo puso de mal humor.

Tokio por otra parte estaba intimidado, si bien era cierto que en muchas ocasiones había visto a demás países ser un desastre cuando se embriagaban, en esta ocasión se sentía más pequeño de lo normal, verlos ahí con la actitud despreocupada y estruendosa lo hacía sentir fuera de lugar. En un intento de calmarse, se puso detrás del más alto, tomándolo de la chamarra y asomándose solo un poco por el costado de su amigo.

No Seas Pendejo ¡Ya Dejate Querer! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora