¿ACASO ME SUBESTIMAN?

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-Ponte eso

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-Ponte eso. -me aconsejó Bala, señalando un vestido negro ajustado. 

Le eché una mirada de inconforme. -No soy de vestidos. Además, sólo mírame, ¿alguna vez me has visto con uno? 

-No. -hizo una pausa-. Pero... Si quieres ve en chándal, te irá de maravilla. -dijo con sarcasmo. 

Resoplé sin saber todavía qué ponerme. -Tienes razón, voy a probarmelo. -Entonces Bala salió de la habitación para dejar que me lo pusiera, al tenerlo puesto me miré en el espejo, tratando de convencerme de que me quedaba bien. 

-¿Puedo verlo? -preguntó Bala al rato, entreabriendo la puerta. 

-Sí. -dije sin dejar de observar mi figura en el espejo, no obstante de dudar, empezaba a gustarme cómo me veía con él. 

-Tía te queda de maravilla. Vaya pivón. -me elogió-. ¿Sabes lo que haría que tu outfit sea aún mejor? Anillos, unos pendientes y unos tacones rojos. 

En cuestión el vestido era recto, ajustado y con tirantes. Acerca de los complementos que propuso Bala, pensé en un problema; no tenía nada de eso en mi armario. 

-Sin problema, avisaré a Rosa para que vaya contigo a comprarlo. 

-¿Y por qué no vienés tú conmigo? -pregunté con curiosidad, realmente no me molestaba la compañía de Rosa, de hecho ella siempre me trató cómo una hija. 

-Cairo me mandó a repasar algo de plan. -respondió con decisión. Rápidamente salió de la habitación, supuse que iría a avisar a Rosa y así fue. 

Una media hora después estábamos en una tienda lujosa de ropa. 

-Altea, mira estos. -Me enseñó unos tacones rojos con plataforma preciosa, ni muy alto ni muy bajo; como me gustaban. 

-Son preciosos, pero... -volteé el zapato para ver el precio, mi reacción fue abrir los ojos con sorpresa-. Rosa, que valen 100 pavos. 

-Eso a Cairo no le importará, ya lo sabes. -empezó a reírse al ver mi reacción. 

-No, busquemos otros, no pienso gastarme tanto en algo que utilizaré las veces contadas con los dedos. 

-Espera. -frenó mi mano con la suya, cuando iba a dejar los tacones en su sitio-. ¿Te los llevarás si le preguntamos su opinión sobre el precio? 

Pensé por unos segundos y después asentí. Pues, no quería usar su tarjeta para gastarme tanto en algo que prácticamente no utilizaré, igualmente no podía gastar mi propio dinero, ya que Cairo siempre se dedicó a prohibirme usarlo. "Mi dinero, tú dinero" Siempre intentaba gastar lo poco que tenía en vez del suyo, pero después de qué él se enterara me obligaba a recoger su dinero que me daba después. 

TIRARME POR EL PRECIPICIO |Dominio Negro|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora