PACTO DE VIDA

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-¡Es ella! -Una voz femenina gritó lo suficientemente cerca de mí como para escucharla

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-¡Es ella! -Una voz femenina gritó lo suficientemente cerca de mí como para escucharla.

Me giré hacia la procedencia de la voz. provenía de una guardia civil, que iba acompañada de un hombre vestido de traje azul marino y otro oficial. Paré de caminar, era eso todo lo que tenía que hacer. Ellos vinieron hacia mi hasta quedar enfrente.

-Altea Novales Ortiz, tenemos que hablar contigo, ¿si?

Tragué saliva en seco, con nerviosismo. -¿De qué?

-No te hagas la desentendida, sabes perfectamente de qué, niñita. -se metió en la conversación el hombre de traje. Le observé detenidamente y se veía alguien inseguro aunque demostrara ser alguien respetable y orgulloso.

Subí los hombros. De hecho, sabía de qué querían hablar, pero al menos conseguiría tiempo.

3 días antes...

-¿Tiempo?

-Ajá, en cuanto entres en la zona de campo, te encontrarás con guardias de la zona, te buscan por todo Toledo pero si te encuentran en el centro, huye.

-¿Pero en las afueras no lo hago?

-No desde el principio, como te dije nos encontraremos en el molino, debes ganar tiempo. para que yo pueda llegar a por ti.

-¿Cómo sé que has llegado?

-A las 9 de la noche. 

-Me temo que tendrás que venir con nosotros, has cometido numerosos hurtos, y aún siendo menor, tus padres deberán de pagar por ello y tú irás a un correccional de menores.

Una risa se escapó por mi boca. -Yo no he robado a nadie. -hice una pausa para pensar-. No tenéis pruebas.

Metí mi mano en el bolsillo de mi chaqueta, en él guardé un reloj, obviamente robado, intenté mirar la hora sin que me vean demasiado, pero se me hizo imposible.

-Altea, ¿qué haces por esta zona sola? ¿Tus padres dónde están? -La chica me miró con preocupación. -saqué rápido la mano de mi bolsillo y subí la cabeza.

-¿Mis padres? Wow, muy lejos de aquí, en Valencia concretamente.

-¿Llegaste aquí sola? -interrogó el otro guardia. No se lo creía, sus propias palabras le hicieron dudar, ¿era posible que una niña pequeña llegara hasta aquí sola?

-Ajam. -Asentí subiendo las dos cejas, trataba de decirle con mi gesto que no objetara nada sobre ello.

-¿Nos dejas un momento? -pidió la chica.

-Por supuesto. Adelante. -hice un gesto con mi mano para invitarles a alejarse para hablar.

El chico de traje se quedó vigilandome, todavía sentía ese nerviosismo y miedo que me transmitía escapar de allí, pensar que todo podría salir terriblemente mal me provocaba escalofríos. Aproveché esa oportunidad, sentí alivio al comprobar que el miedo me dejaba moverme, rápidamente miré la hora del reloj, "las 20:45". ¿Qué significaba eso? Había que correr sin mirar atrás, hasta ver un molino, y allí encontrarme con Dagán y Arturo.

TIRARME POR EL PRECIPICIO |Dominio Negro|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora