-Joder. -susurro-. Chicos, no es una sospecha, tiene un arma. Zeus, avisa a Cairo, que se mueva. Ya.
Toca actuar, uno de mis momentos favoritos del mundo, montar el espectáculo. Había aprendido muy bien de Narciso, se había encargado de enseñarme a usar el arte y los dotes de la actuación como método de distracción y era tan satisfactorio, que merece la pena repetir el mismo método.
Empiezo a caminar entre tambaleos, estoy borracha. Muy borracha. No podía verme a mi misma, pero juraría que se me da genial actuar como una. Me acerco disimuladamente hasta estos hombres y... ups.
-Joder, perdón. -pongo una mano en mi boca sorprendida, le había vertido la copa de vino a mi amigo el de la coleta. Sus ojos se inyectan en sangre, solo había que verle, el aspecto de hombre macho alfa que traía y la mujer de llavero que le hacía de decoración me llevaron a deducir que era alguien que perdía los papeles fácilmente.
-¡Pero mira como me has puesto, imbécil! -vocifera-. Me cago en...
-Señor, tranquilícese, está armando jaleo. -uno de los hombres le toca el hombro para que se calmara, pero este no pensaba hacerlo, me lo está poniendo tan fácil que me da pena tener que hacer que le echen.
-No es para tanto, hombre. -sigo tambaleandome-. si es que tampoco te quedaba muy bien ese traje, ahora tiene... su toque.
-¡¿Pero qué coño estás diciendo, chiquilla?!
-Pues eso.
Se acerca a mí y me agarra con fuerza del cuello. -¿Cómo puede haber gente como tú en lugares como este? Los borrachos me sacan de quicio.
-Suel-táme. -hablo entrecortada, la falta de respiración llega rápido, golpeo sus brazos con fuerza para que me suelte, pero no opongo demasiada resistencia, tengo que seguir con la papeleta, intento coger todo el aire posible de mis pulmones. Él seguía sin soltarme y nadie se había dado cuenta de nada: nadie quería perder su apuesta en el póker, no estaban pendientes de nada más. La mujer le susurra que pare, una y otra vez.
-Señor, sueltela, la va a matar. No merece la pena. -interviene uno de sus hombres. Para este momento, la sangre no llega a mi cerebro y ni siquiera tengo fuerzas para resistirme, solamente espero a que en algún momento decida soltarme antes de desmayarme, o peor.
Me suelta y caigo al suelo tosiendo, intento levantarme y aunque estoy mejor de lo que aparento: una mujer borracha no puede levantarse tan drásticamente. Me quedo en el suelo, tosiendo mientras la sangre vuelve a mi cerebro. El hombre me da una patada en el estómago y caigo por completo al suelo. Justo en ese momento, las apuestas no eran lo más importante, algunas de las personas alrededor ven el momento, unos se levantan de su asiento y simplemente observan, otros buscan con la mirada algún segurata o algo parecido y una persona me agarra del brazo. Subo la mirada, es Bala.
-Hola, ¿estás bien? ¿Qué te ha hecho? -ella me sigue el juego, sonrío en mi interior.
-Estoy bien. -hago el amago de vomitar. He practicado mucho la voz de una persona alcoholizada y yo lo bordo.
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TIRARME POR EL PRECIPICIO |Dominio Negro|
Teen Fiction"Salvada por la mafia y nacida para servir en ella" Una niña carterista fue salvada de la calle y la pobreza por los hermanos mafiosos desde pequeña, desde ese momento se dio cuenta que 'Dominio Negro' era su única vida y que tenía que entregarse a...