MÁS IMPORTANTE DE LO QUE PUEDAS IMAGINAR

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En 1957

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En 1957...

Finalmente, pude entrar a aquel museo tan importante en mi ciudad, lo estuve estudiando por varios meses, escribiendo apuntes desordenados en mi pequeña libreta con portada de sitios turísticos en Jordania, mi país. Antes de empezar a buscar lo que me interesaba, abrí mi libreta y empecé a leer las hojas escritas.

"Robar el cuadro y llevarlo al garaje" Debajo de esta frase, estaba pegada una foto del cuadro y otra a su lado, el rubí rojo que tanto hacía que se me iluminara la mirada cada vez que lo veía, era precioso.

Seguidamente, cerré la libreta y entré al lugar, era grande y lleno de vitrinas y objetos de valor, todos estos se separaban por cordones de seguridad, para evitar que la gente robara o tocara la exposición. Observé cada una de las exposiciones en busca de la indicada, me llamó la atención la maqueta de un barco sobre una mesa muy elegante, estaba rodeado de una vitrina transparente encargada de cuidar de su estado.

Después de leer la descripción de la maqueta, me di la vuelta para seguir investigando pero me encontré de lleno con la mirada con un hombre de alta edad. Él rápidamente se giró, desviando su atención de mi. Me resultó extraño, pero por alguna razón le quise quitar importancia y dejar de pensar en ello, simplemente, seguí buscando.

Pasé a lo siguiente, una maqueta que simula algún descubrimiento paleontólogo, nada que me llamara realmente la atención, decidí ir a lo importante, así que di media vuelta y me dirigí a la continuación de aquel museo, otra sala, algo más oscura iluminada con luz artificial de colores que agradan en todos los sentidos, no son molestos ni impide el leer correctamente algún cartel o descripción de las exposiciones. Definitivamente era la sala más importante y con los objetos más valiosos. Ahí debía estar lo que yo buscaba.

Me adentré un poco y lo vi a simple vista, en el fondo. Cierta lástima me invadió al ver que nadie reparaba en aquella obra de arte, o al menos, cuando llegué a ella. Por otra parte, servía de ayuda para poder verla más a fondo y poder prestar más atención a todos los detalles, sin nadie  hablando cerca. 

Tarde. El silencio que necesitaba se disipa rápidamente. 

-Es precioso, ¿eh? -Una voz masculina y grave me sobresaltó. Era aquel hombre que tanto me miraba antes, sus ojos azules se impregnaban con pasión sobre aquel cuadro.

-¿Le conozco? -pregunté, obviando la educación que debí tener. Me incomodaba esa situación, algo no me cuadraba y no pude evitar hablar con desconfianza.

-No. -dejó de mirar la obra por unos momentos, para mirarme a mi-. Pero he visto como lo estudias con la mirada, me recuerdas a mí con tu edad.

Le miré con extrañeza, no quería admitir que tenía razón, así que me alejé tratando de que él también se fuera y así seguir con mi cometido.

-¿Quién te ayudará a robar las llaves de la vitrina, entonces? Se necesita una distracción. -habló de repente, susurrando pero no lo suficiente como para que pudiera escucharlo. Me giré pensando en lo que me había dicho, estuve en silencio, hasta que llegué a una conclusión.

TIRARME POR EL PRECIPICIO |Dominio Negro|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora